Rusia es uno de los mercados emergentes que más atención está despertando entre los inversores. Para las gestoras, Rusia es un mercado que merece la pena mirar con más detenimiento, sobre todo desde la recuperación del precio del petróleo.
Aunque ahora mismo el fútbol haya acaparado toda la atención, Rusia vive un entorno económico interesante. “El aumento en las tasas de interés de los Estados Unidos, la reciente fortaleza del dólar estadounidense, la recuperación del precio del petróleo, el nuevo endurecimiento de las sanciones y la reelección del presidente Putin han cambiado el entorno económico y el marco para los inversores”, señalan Erste Asset Management.
En opinión de Peter Szopo, estratega en renta variable de Erste AM, la economía rusa ha superado la recesión de 2015-2016, que se había desencadenado en gran medida por la caída en los precios del petróleo y en el poder adquisitivo interno. Según las previsiones actuales, este año y en 2019, la economía debería crecer alrededor de 1,8%. Una visión optimista ya que Rusia se ha visto menos afectada por el aumento de tasas de interés en los Estados Unidos y la apreciación del dólar; lo que demuestra que Rusia está en buena forma para afrontar el entorno actual.
Una de las cosas que más está favoreciendo la economía rusa es la recuperación del precio del petróleo ya que, desde 2017, Rusia está implementando una nueva normativa fiscal que restringe el gasto del impuesto sobre el petróleo y el gas bajo la suposición de que el precio se mantendrá en 50 dólares el barril. Esto significa que si se mantiene en donde están actualmente, Rusia tendrá un superávit fiscal del 1,8% del PIB.
Por lo tanto, Rusia está generando una significativa reserva de financiación que podría ser usada en el futuro, cuando el precio del petróleo sea menos favorable para así mantener una actividad económica decente. Además, una de las consecuencias de la acumulación de este exceso de ingresos provenientes del petróleo y del gas en moneda fuerte es que el rublo se está desmarcando del incremento del precio del petróleo.
“Si miramos su deuda, observamos que Rusia es una de las economías menos apalancadas del mundo, ya que la deuda soberana sobre el PIB es del 14%. Sin embargo, después de la sanción, la confianza del consumidor no se ha recuperado completamente y el crecimiento del consumo se mantiene en un solo dígito. Necesitamos esperar a que haya más evidencias de una recuperación del consumo para ser totalmente optimistas”, afirma Ludovic Vauthier, director de renta variable emergente de Edmond de Rothschild Asset Management.
Para Adam Montanaro, gestor de inversiones de renta variable y mercados emergentes globales de Aberdeen Standard Investments, hay varios factores clave a considerar cuando se invierte en Rusia. “El entorno político puede tener una influencia material tanto a nivel internacional como local; no es extraño que las empresas cuyos propietarios han caído en desgracia con el Kremlin se vean fuertemente victimizadas, mientras que la economía en su conjunto quedó muy debilitada por la introducción de sanciones por parte de Estados Unidos y de la Unión Europea en 2014. Dicho esto, en comparación con muchos otros mercados emergentes, el riesgo de un cambio material en la política interna es favorable, ya que Vladimir Putin fue elegido para su cuarto período presidencial de seis años a principios de 2018. Sin embargo, las fortunas del país siguen estando muy vinculadas al precio del petróleo a pesar de los intentos de diversificación, que han tenido un éxito limitado”.
Montanero reconoce que además de estos riesgos, hay oportunidades para los gestores stock-picking bottom-up. “La oportunidad está en que puedan identificar a las empresas de la más alta calidad capaces de navegar en las aguas turbulentas de Rusia, que a su vez y a menudo tienen valoraciones atractivas”, matiza.