Los fondos de private equity siguen atrayendo el interés, a pesar de las crecientes valoraciones y los altos niveles de apalancamiento. Parece que nada puede detener este auge. Sin embargo, después de un año récord de recaudación de fondos en 2017, se avecinan grandes desafíos, creen Avi Lavi y Tawhid Alide, gestores de AllianceBernstein.
Los fondos de capital privado tienen más de un billón de dólares, o fondos que aún no se han asignado, según Preqin, y la creciente competencia por proyectos está teniendo un profundo impacto en el mercado.
Compras apalancadas
Los precios de acuerdos y el apalancamiento alcanzaron niveles muy altos el año pasado. En Estados Unidos, el múltiplo pagado en compras apalancadas, usando el valor de empresa a EBITDA, alcanzó un récord de 11,2 veces en el tercer trimestre de 2017, según S&P Capital IQ. La deuda para financiar estas transacciones alcanzó 5,8 veces el EBITDA, alrededor de 1,4 veces más que en 2009, y AB advierte, que los múltiplos pueden aumentar aún más este año en medio de una competencia en alza.
Eso se traduce en significa problemas para los fondos de private equity. Va a ser mucho más difícil encontrar proyectos que puedan generar beneficios esperados a largo plazo. Y si las desinversiones se vuelven más complicadas también, los retornos podrían sufrir un golpe. Los inversores podrían terminar atrapados en una trampa de liquidez si unos mercados más complicados hacen que sea más difícil retirar dinero.
¿Cómo evitar los problemas del private equity?
La liquidez es claramente un riesgo creciente. Bain & Co., una firma de consultoría de gestión, preguntó en un informe reciente si es posible replicar los retornos del private equity en mercados de capitales públicos más líquidos para ayudar a los inversores a «evitar los dolores de cabeza de la inversión en este activo», incluidos los altos honorarios o la falta de liquidez.
La conclusión del informe era que probablemente no, recuerdan Lavi y Alide, porque los inversores de private equity tienen tres herramientas de inversión de las que carecen los inversores en mercados de capitales públicos: pueden usar la deuda para amplificar el rendimiento, pueden provocar cambios corporativos para fomentar mejoras en el desempeño de la empresa y pueden seleccionar sectores que generalmente superan al mercado en general.
Pero los gestores de AB difieren de la conclusión del documento. Creen, explican en el blog de la firma, que los inversores de capital privado no tienen una ventaja inherente en la selección sobre los inversores en mercados de capitales públicos.
“Los managers activos con una sólida base de conocimiento de la industria y cultura de análisis pueden asignar capital a sectores y compañías que tienen un potencial de rendimiento superior con la misma competencia que un inversor de private equity. Además, los managers activos en renta variable pueden aplicar varios componentes de inversión de capital privado a los mercados públicos como la tasa de rendimiento interna (IRR por sus siglas en inglés) o la evaluación de los retornos de los flujos de efectivo”, escriben.
“Con la actitud correcta, creemos que los inversores en mercados de capitales públicos pueden aprovechar muchos de los beneficios de la inversión de capital privado, menos el riesgo de liquidez. En un mundo de intensa competencia por proyectos y nuevos desafíos del mercado que podrían amenazar el éxito del private equity, los inversores deberían considerar cuidadosamente si bloquear fondos durante varios años podría ser contraproducente para sus objetivos a largo plazo”, concluyen los gestores de AB.