La industria de banca privada en España vive momentos de cambios, retos y oportunidades. Pero, tras el fuerte crecimiento en 2017, algunos estudios hablan de una potencial desaceleración este año, debido a los efectos regulatorios –el impacto de MiFID II-, la volatilidad de los mercados y la incertidumbre política en Europa. “A corto y medio plazo se espera una moderada desaceleración del ritmo de crecimiento del negocio de banca privada, justificada por un comportamiento de los mercados financieros más volátil y una mayor inestabilidad política en España y otros países europeos”, comentan los autores del estudio COMPETITORS “Banca Privada y Personal”, elaborado por el Observatorio Sectorial DBK.
Sus previsiones de evolución del patrimonio gestionado apuntan a la obtención de un aumento de en torno al 6% en 2018, frente al 8% contabilizado en 2017, lo que supondría alcanzar una cifra de unos 474.100 millones de euros al cierre del año. Para el ejercicio 2019 se prevé un aumento de alrededor del 5%, de forma que la desaceleración del crecimiento continuaría un año más.
Plataformas de fondos y gestión discrecional especializada: los dos extremos
Según el estudio, el nuevo escenario competitivo en el ámbito de la gestión de patrimonios derivado de la entrada en vigor en 2018 de la Directiva sobre Mercados Financieros MiFID II, junto con los procesos de transformación digital, está teniendo un gran impacto en los modelos de negocio y de atención de los servicios de banca privada y personal en España. De forma que habrá nuevas tendencias en los extremos patrimoniales de los clientes: para los de menor patrimonio, ganarán fuerza las plataformas de fondos online y las IICs con gestión de bajo coste, mientras en los altos triunfará una gestión discrecional especializada.
“La redirección de los clientes con patrimonios más bajos hacia plataformas de fondos online con una oferta más o menos guiada, así como la distribución de productos de IICs (instituciones de inversión colectiva) con una gestión de bajo coste, son estrategias por las que están optando algunas entidades”, indica el estudio.
En los tramos de patrimonio más altos, las estrategias se dirigen a una creciente especialización en la gestión discrecional, más personalizada y cercana, con una ampliación de los servicios y las propuestas de valor alternativas, añade el estudio.
La banca universal gana terreno
En banca privada, otra tendencia es que las entidades de banca universal se hacen con una mayor cuota del pastel: “A diferencia de lo ocurrido en años anteriores, las entidades de banca universal ganaron peso específico en la cifra de patrimonio gestionado en banca privada en 2017, al concentrar a finales del ejercicio el 77,1% del total, frente al 76% registrado en 2016”.
Por su parte, la participación de las entidades especializadas pasó del 24% al 22,9% en ese período. La absorción por parte de Ibercaja Banco de su filial especializada, Ibercaja Patrimonios, fue el principal factor explicativo de este trasvase de negocio desde entidades especializadas a entidades de banca universal.
Las cinco primeras entidades del mercado de banca privada reunieron en 2017 una cuota conjunta del 65% sobre el volumen de patrimonio gestionado, participación que se elevó hasta el 78% al considerar el grupo de las diez primeras.
Crecimiento en 2017
La 16ª edición del estudio de banca privada y personal del Observatorio Sectorial DBK también proporciona datos de crecimiento el año pasado. El volumen de patrimonio gestionado en banca privada cerró el ejercicio 2017 con 447.300 millones de euros, lo que supuso un aumento del 8% respecto a 2016, año en el que había registrado un incremento del 1,5%.
La positiva coyuntura económica y el mejor comportamiento de los mercados financieros, con la consiguiente revalorización de las carteras, favoreció esta aceleración del ritmo de crecimiento de este mercado, explica el informe.
Se estima que en esa fecha alrededor de 395.000 clientes recibían servicios de banca privada, correspondiendo el 39% del total al segmento con patrimonios situados entre los 300.001 y los 600.000 euros. Por su parte, el 33% de los clientes mantenían patrimonios de entre 600.001 y 2 millones de euros.
FUENTE: Estudio COMPETITORS “Banca Privada y Personal”, elaborado por el Observatorio Sectorial DBK.