El negocio de ETFs sigue en aumento tras haber pasado tres años registrando cifras récord de crecimiento. Para Aitor Jauregui, responsable de negocio de BlackRock en Iberia, las perspectivas son mucho mejores aún a largo plazo: “Con un crecimiento medio anual durante los últimos años del 19%, desde BlackRock esperamos que en 2023 la industria de ETFs alcance 12 billones de dólares y 25 billones de dólares en 2030”.
Estas previsiones tan positivas también lo son para el mercado de ETFs en Europa que, en opinión de Jauregui, será “uno de los principales motores del negocio de fondos de inversión durante los próximos años”. Según explica el directivo y como muestra la encuesta Greenwich Associates European ETF Study –encargada por BlackRock–, los inversores institucionales europeos tendrán un papel destacado en este crecimiento ya que la media de su asignación a fondos cotizados aumentó un 10,3% de sus activos totales en 2017, desde el 7,7% de 2016.
“Los inversores institucionales europeos están ajustando sus carteras a un entorno más volátil, dada la vuelta de la volatilidad al mercado y el fin de estímulos de los bancos centrales. En este contexto, los inversores institucionales europeos han encontrado en los ETFs un vehículo de inversión que se adapta a sus necesidades”, señala Jauregui antes de profundizar en los datos que arroja esta encuesta y que se elabora a partir de las respuestas de 125 inversores –principalmente fondos de pensiones, gestoras y compañías aseguradoras–.
La encuesta muestra las tendencias que hacen que el negocio de ETFs marque una tendencia positiva en Europa. En primer lugar, se ha registrado un aumento en el uso de los ETFs smart beta que, actualmente, reconoce usar el 50% de los encuestados. En segundo lugar, existe una mayor demanda de ETFs por parte de los fondos multiactivo; de hecho, el 79% de los gestores reconoce usarlos, así como su intención de aumentar su uso durante el próximo año.
Por último, la encuesta arroja dos tendencias más: el uso de ETFs de renta fija es una fuente de crecimiento del universo ETFs y existe un efecto impulsor para este negocio por parte de la inversión socialmente responsable (ISR). Sobre esto último, destaca que el 50% de los encuestados reconoce haber invertido parte de su patrimonio siguiendo criterios de inversión sostenible.
(Gráfico expectativas de cambio pág 5)
Lo atractivo de los ETFs
Estás cuatro tendencias son, para Jauregui, “fuentes del crecimiento del mercado de ETFs a futuro”. Y serán un motor porque los inversores institucionales europeos aprecian el valor que aporta este vehículo en su cartera. Por ejemplo, según acredita la citada encuesta, los ETFs se usan para sustituir inversiones directas, como bonos, acciones o derivados. La encuesta apunta que el 50% de los encuestado afirma utilizar ETFs para sustituir derivados frente al 30% que así lo reconocía el año pasado.
En este sentido Jauregui destaca que, con independencia de cuál sea el entorno económico, los inversores valoran positivamente las características que ofrecen. “En Europa, en particular, creo que la implementación de MiFID II hace que los inversores institucionales aprecien más la transparencia, el coste y la sencillez operativa que tienen. Esto también va a ser un argumento que va a sostener su crecimiento en los próximos años”, matiza.
Si hablamos en términos de estrategias, los ETFs que más interés despiertan entre los inversores institucionales europeos son los de mínima volatilidad, los de dividendos, los de factores y, por último, las estrategias multifactorales.
Por último, si este mismo ejercicio de análisis se realiza por asignación de activos, la encuesta muestra que la renta fija es el tipo de activo donde más margen de crecimiento van a tener los ETFs. “En el caso de los ETFs de renta variable, el 86% de los encuestados reconoce usarlos y el 43% espera incrementar su uso a lo largo de 2018. En renta fija, el 65% espera invertir en este tipo de ETFs frente al 48% que registró la última encuesta. De nuevo, los principales criterios de los inversores institucionales europeos a la hora de decantarse por su uso son: su liquidez, su coste, su desempeño y, por último, la elección y composición del índice al que sigue.
Los debates del sector
En mitad del fuerte desarrollo que está viviendo este mercado, el sector se enfrenta a dos debates: un posible sobrecalentamiento en el mercado de ETFs y la discusión entre gestión activa y gestión pasiva. En ambos casos Jauregui tiene una sólida posición que defiende con coherencia. “Está claro que el peso de los ETFs en el conjunto del mercado y de los activos que hay supone una parte muy pequeña como para que su comportamiento afecte a la marcha de los mercados subyacentes”, señala en relación al primer debate.
Respecto al segundo debate, Jauregui argumenta que el planteamiento de dos tipos de gestión enfrentada no tiene ningún sentido. “Creo que toda decisión de inversión es una decisión activa, incluso cuando un gestor opta por usar un vehículo indexado en su cartera. Desde BlackRock consideramos que hemos de pensar en la gestión indexada como un elemento más a la hora de gestionar el capital de nuestros clientes y de ofrecer soluciones de inversión”, destaca.
Y mientras el sector está con estos debates abiertos, BlackRock ha tomado ventaja sobre todos sus competidores y se ha convertido en el proveedor líder del mercado europeo en cuanto a ETFs. Según muestra la encuesta, el 91% señala a iShares su principal proveedor.
(Gráfico de proveedores pág15)
En este sentido, la gestora considera que va por buen camino. “Seguiremos trabajando en nuevos lanzamientos, pero siendo siempre muy selectivos sobre las soluciones que ponemos en el mercado y apostando por los índices sin apalancamiento y sin usar derivados. Igualmente, nos centraremos en los ETFs smart beta y de factores. El interés es muy generalizado por parte de los inversores, pero creemos que los gestores de estrategias multiactivo son inversores potenciales muy interesantes. A largo plazo, también nos centraremos en las tendencias que observamos, como los ETFs de renta fija y la inversión socialmente responsable”, concluye Jauregui.