Las acciones A de China ganan peso en el índice de renta variable emergente de MSCI. El motivo es sencillo: hay que responder a la demanda de los inversores internacionales que muestran, cada vez, más interés en la economía china. Además, esta apertura a capital extranjero va en línea con el objetivo de China de lograr un economía más moderna y de mayor calidad.
Ahora bien, ¿qué significa la inclusión de acciones chinas A para el mercado y para China? Sin duda, la primera consecuencia será que los inversores extranjeros se centrarán más en buscar oportunidades entre las acciones chinas. Lo cierto es que, hasta el momento, el alcance de los inversores se ha limitado a una serie de sectores disponibles en el mercado de renta variable de Hong Kong o los ADR en los Estados Unidos debido al tamaño y la calidad de la empresa disponibles en el extranjero.
Según explica Jack Lee, responsable de análisis del mercado de acciones A chinas de Schroders, al incorporar el universo del mercado de acciones de China, “se ampliará enormemente la selección disponible para incluir otros nombres líderes en la industria, como los del sector de consumo, que son efectivamente indicadores de crecimiento para la economía. Aun así, llevará un tiempo que la inclusión de MSCI imponga un impacto notable en el flujo de capital. Los inversores deben tener en cuenta que una porción considerable de la comercialización de capital extranjero en el mercado de acciones A es dinero que ingresó al mercado en la última década, y la inclusión de MSCI solo consistirá en un pequeño porcentaje del universo de acciones A en el principio”.
A futuro es lógico esperar que este mercado crezca en la medida en que China se vaya liberalizando. “La participación de los inversores extranjeros en acciones A permanece muy baja en torno al 2%, que se compara con una cifra del 30% o más en algunos otros mercados asiáticos”, apunta Ross Teverson, responsable de estrategia para mercados emergentes de Jupiter AM.
En el futuro, a medida que el mercado chino continúe liberalizándose, habrá una representación mucho más fuerte de las acciones A en los índices globales. Y en última instancia, China A-shares podría crecer en un mercado tan maduro y enorme que tendrá un índice separado como Japón. A largo plazo, es inevitable que las acciones A de China desempeñen un papel cada vez más integral en la asignación de activos para los inversores mundiales. Su único freno podría ser, según Teverson, “la relativa facilidad y frecuencia de las suspensiones de acciones en el mercado de acciones A, que sigue siendo una preocupación para los inversores extranjeros; aunque si el número de suspensiones de acciones disminuye debido al endurecimiento de las reglas del mercado accionario también se interpretaría de una forma positiva”.
Por este mismo motivo Kim Catechis, gestor del fondo Legg Mason Martin Currie Global Emerging Markets, se muestra pruedente. “El mercado de acciones A de ChinA tiene un historial de un gran número de suspensiones comerciales, lo que puede plantear importantes desafíos de inversión y liquidez para los inversores institucionales. A modo de ejemplo, 1.476 empresas que cotizan en bolsa, o más de la mitad de las 2.808 empresas que cotizan en China, suspendieron sus operaciones en julio de 2015, después de una caída del 5% en el índice. Dos años después, 256 empresas, o una de cada 13 en la lista, suspendieron la negociación en julio de 2017”, explica.
Para Mark Tinker, responsable de AXA IM Framlington Equities Asia, aunque todo esto es positivo no cree que vaya a producir un fuerte movimiento de inversión a corto plazo. “A corto plazo, las acciones A solo tendrán una ponderación inferior al 1% en el índice de referencia, pero con el tiempo esto podría elevarse al 18%. Es poco probable que veamos un gran flujo de inversión, aunque será atractivo para los gestores activos tomar posiciones en algo que representa menos del 1%”, apunta Tinker.
Y, ¿cuáles son los riesgos para el inversor? Según Matthew Vaight, gestor del fondo M&G Global Emerging Markets, el desafío que tiene los inversores por delante el doble: las valoraciones y el gobierno coporativo. «Creemos que las acciones A son caras. El mercado de Shenzhen centrado en la tecnología en particular opera en una valoración elevada. Pensamos que esto está relacionado en parte con el hecho de que el mercado está dominado por los inversores minoristas. A medida que el mercado se abre y aumenta la participación de inversores institucionales, las valoraciones pueden volverse más razonables. Otra preocupación que tenemos sobre el mercado de acciones A es sobre los estándares de gobierno corporativo. Desde nuestro punto de vista, la calidad de la gestión, el enfoque de los accionistas y la transparencia en las empresas de la parte continental son generalmente bastante pobres. Según nuestra experiencia, estos problemas dificultan que los inversores comprendan realmente cómo opera y asigna capital una empresa», explica.
Impacto para China
El aumento gradual de estas acciones conducirá a un mayor interés en esta clase de activos, que dará un mejor acceso al mercado. “A medida que MSCI avanza hacia una inclusión total acorde con la capitalización bursátil en sus diversos índices, la ponderación de las acciones A aumentará significativamente con el posible impacto de una mayor asignación a China y a las acciones A dentro del peso de China por parte de los inversores mundiales y de mercados emergentes”, afirma Vanessa Donegan, gestora de cartera de renta variable asiática en Columbia Threadneedle.
La noticia también es muy buena para China y su economía, ya que actualmente su mercado está dominado por inversiones minoristas. “Las entradas de inversores extranjeros, que tienden a tener un horizonte temporal de inversión mayor que los inversores minoristas, serán bien recibidas por las autoridades continentales que desean promover una mayor participación institucional en sus mercados de valores nacionales”, matiza Donegan.
Según los analistas de Allianz Global Investors, este mercado es tan incomprendido como infraponderado en las carteras. “La alta rotación de existencias, los mercados más institucionalizados y la reducción de las suspensiones de acciones están llamando la atención de los inversores hacia China: se estima que se destinarán 18.000 millones de dólares a los mercados de A-share. Los mercados bursátiles de China, que con anterioridad eran notoriamente difíciles de acceder, están experimentando una apertura por el esfuerzo del gobierno, incluido el lanzamiento de los programas de Stock Connect”, destacan desde la gestora.
El riesgo de china: su deuda
Una de las principales dudas que despierta la economía china y la confianza de los inversores en ella es su nivel de deuda y apalancamiento, una preocupación en parte como consecuencia de la crisis ya vivida.
La deuda de China respecto a su PIB ha pasado del 162% en 2008 al 265% a finales de diciembre de 2017. El ritmo de subida del nivel de la ratio deuda/PIB se desaceleró en 2017 a 743 puntos básicos interanuales en comparación con la media de 1345puntos básicos de los últimos tres años. El Gobierno chino trata de mejorar la ratio deuda / PIB aumentando la deuda a un ritmo más lento que la tasa del crecimiento del PIB (es decir, aproximadamente el 6,5% que se espera oficialmente).
En opinión de Aravindan Jegannathan, CFA y analista senior de JK Capital Management Ltd., filial de La Française, hace un par de años, el mercado estaba preocupado por los niveles alarmantemente elevados de deuda combinados con unos ratios de rendimiento muy bajos para las empresas estatales.
“Una gran parte de los inversores también se mostraron escépticos sobre que el ratio estaba siendo subestimado y preveían que un elevado índice de endeudamiento y el alto ratio de préstamos impagados se contagiarían al sistema bancario entero. Sin embargo, hemos sido testigos de una mejora trimestre a trimestre de la calidad de los activos tanto en términos de ratios como de nivel absoluto de créditos impagados durante los últimos trimestres. En este momento, China parece haber dejado a un lado las preocupaciones de un contagio de deuda”, afirma Jegannathan.
Pasos futuros
Las gestoras consideran que, con el tiempo, China será capaz de transformar los mercados de renta variable a medida que aumente su poder financiero. “En Aberdeen Standard Investments seguimos confiando en el potencial de China como una interesante oportunidad de inversión a largo plazo. Sin embargo, dada la complejidad del país desde el punto de vista de la inversión, resulta clave contar con un gestor experimentado capaz de elegir las acciones adecuadas dentro del mercado”, apunta Ana Guzmán, jefa de ventas para Sur de Europa y responsable de España en Aberdeen Standard Investments.
Por la parte que afecta a las empresas chinas, lo lógico es esperar que mejoren su gobierno corporativo y se abran más al inversor extranjero; que han sido los principales obstáculos para entrar en este mercado. “Esperamos ver una mejor regulación, control y coordinación entre los organismos regulatorios, así como la aplicación de una mejor aplicación de la ley con respecto a la información privilegiada, que de alguna manera se ha visto a través de campañas contra la corrupción. También esperamos ver más controles sobre la oferta pública inicial y los procesos de suspensión de negociación para las empresas que cotizan en bolsa con el fin de atraer más capital internacional”, adelanta Sean Taylor, jefe de inversiones para Asia-Pacífico de DWS.
Por último, desde UBP recuerdan que, para MSCI, la clave será la velocidad a la que aumente ese factor de inclusión. “El ruido ha sido positivo en los últimos días con el CEO de MSCI diciendo que son más positivos en este tema que en el momento en que tomaron la decisión de incluir A-shares. Para los inversores, será interesante ver si los flujos acumulativos netos al mercado de acciones A se aceleran en los próximos meses. Y, por ello, observarán toda la agenda regulatorio con mucho interés”, recuerda Mathieu Nègre, Responsable de Renta variable emergente de UBP.