Los mercados africanos de deuda continúan representando una atractiva fuente de rentabilidad alternativa pese al elevado volumen de emisiones registrado en el primer trimestre, según la visión de mercado de Theo Holland, gestor de renta fija emergente en Kames Capital.
Países como Egipto, Kenia, Nigeria y Senegal han realizado emisiones de bonos en el primer trimestre de 2018; emisiones que sirven de ejemplo para ilustrar lo activo que es este mercado. Egipto, por ejemplo, ha emitido deuda por valor de 4.000 millones de dólares, de los que 1.500 presentan un vencimiento a treinta años, mientras que la subasta de 2.000 millones de dólares en bonos keniatas a diez y treinta años generó una demanda de 14.000 millones.
Aunque algunos inversores consideran que este incremento de las emisiones es una señal de que el mercado se está recalentando, Holland, que cogestiona el Kames Emerging Market Bond Opportunities Fund, afirma que en el entorno actual merece la pena invertir en deuda de estos países.
“Algunos observadores creen que las recientes emisiones representan algún tipo de exceso del mercado. Aunque no cabe duda de que el perfil de emisiones resulta ahora más ambicioso, mantenemos una visión positiva del continente. El ritmo de emisión de deuda se ha intensificado en los últimos cinco años pero, en general, los niveles de endeudamiento siguen siendo manejables”, añade.
En opinión de Holland, se da una combinación de factores que abre muchas posibilidades para los inversores. “En términos de oferta, se han emitido unos 79.000 millones de dólares en bonos high yield africanos denominados en dólares, una cifra muy inferior a la de otras regiones como Latinoamérica, con 368.000 millones de dólares, y Europa, con 211.000 millones”, explica el gestor.
En este sentido señala que, además, existe una amplia diversidad, ya que el high yield de mercados emergentes abarca dieciséis países africanos, más que el resto de regiones de mercados emergentes a excepción de Latinoamérica.
“Por otro lado, la recuperación generalizada que han experimentado materias primas como el petróleo o el cobre en el último año resulta beneficiosa para muchas economías africanas”, matiza. Una mejora que también considera que se ha producido en el frente político: “Aunque no conviene generalizar, observamos avances positivos en países como Sudáfrica, Kenia o Angola, entre otros”, afirma.
Desde una perspectiva más estratégica, la deuda africana cuenta con la ventaja añadida de no verse afectada por las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China. Para Holland, “si Estados Unidos se enfrenta a sus socios comerciales tradicionales, como México y China, el crédito africano puede ser un buen sitio donde refugiarse”.
Por todos estos motivos, Holland y su equipo mantienen el fondo sobreponderado en deuda africana con respecto al índice de referencia e invierten tanto en deuda soberana como en crédito corporativo de todo el continente. Entre las principales posiciones se encuentran Nigeria, que ahora mismo concentra el 5% del fondo, y Egipto, que representa algo más del 3%.