Durante el primer trimestre de este año, la deuda de mercados emergentes ha sido la historia de dos. Fue un trimestre fuerte para la deuda soberana local, y uno débil para la deuda emergente denominada en dólares, tanto soberana como corporativa.
“Esta clase de activos está siendo impulsada por factores técnicos, no fundamentales, específicamente por las entradas de crossover accounts y ETFs, que están teniendo un impacto notable en los precios”, explica el equipo de Global Income de Eaton Vance en el blog de la gestora que resume en tres puntos lo que ha sido el periodo enero-marzo en este activo:
- El rendimiento del índice de deuda soberana local subió un 4,4% en el primer trimestre. Todos los componentes de atribución (moneda extranjera, cruce euro/dólar, tasas y carry) contribuyeron positivamente a los buenos retornos.
- El índice de deuda soberana externa cayó un 1,8% en el trimestre. Las pérdidas se debieron principalmente al aumento de los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos
- El índice de deuda corporativa de los mercados emergentes bajó un 1,1% en el trimestre. La pérdida fue impulsada no solo por el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro sino también por la ampliación de los diferenciales corporativos
«Las tasas de los mercados emergentes siguen siendo el factor de riesgo más atractivo a pesar de la posibilidad de que los rendimientos globales avancen más. Los diferenciales de las tasas de interés entre los mercados emergentes y desarrollados siguen siendo amplios y las presiones inflacionarias en los mercados emergentes están ampliamente bajo control«, explica Eaton Vance.
Deuda soberana o corporativa
Por ello, la gestora ve poco valor en los diferenciales de crédito soberano o corporativo de los mercados emergentes y mantiene una perspectiva neutral para el mercado de forex, que está más expuesto si el sentimiento de los inversores se torna bajista. Los fundamentos en muchos emergentes, cree el equipo de Global Income, continúan siendo una preocupación, especialmente en África.
Después del fuerte repunte de 2017, la clase de activos de deuda de los emergentes se describe mejor como totalmente valorada: los riesgos de una gran venta masiva de deuda en los emergentes están creciendo. La Reserva Federal sigue en curso con un ciclo de aumento de tasas, pero, claramente, los inversores no están muy preocupados por la posible dislocación que esto puede causar.
Las tasas de cambio en moneda local de los emergentes mostraron una resistencia notable en el primer trimestre, cuando los valores del Tesoro repuntaron por encima del 3%, pero es improbable que las tasas de los emergentes sean inmunes si la venta masiva del treasury continúa al mismo ritmo. La reforma fiscal en Estados Unidos y la posible guerras comercial suponen riesgos adicionales.
“La deuda de los mercados emergentes aún ofrece rendimientos relativamente atractivos en comparación con los mercados desarrollados. Pero los amplios riesgos macro que enfrenta el sector, junto con los fundamentales desiguales, sugieren que un análisis cuidadoso y una buena selección serán especialmente importantes para los inversores en 2018”, concluyen los expertos de Eaton Vance.