En la tercera reunión del año, la segunda con Jerome Powell en la presidencia de la Reserva Federal, del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), no se esperan muchos cambios. En una nueva reunión, tras la que no se emitirá un nuevo resumen de proyecciones económicas ni habrá conferencia de prensa, el consenso del mercado apuesta por la falta de sorpresa y espera que la Fed mantenga el objetivo de los tipos entre el 1,50% y el 1,75%.
Así, lo expresa Eugene Philalithis, gestor de la estrategia FF Global Multi Asset Income, “No esperamos cambios en el objetivo de los fondos federales esta semana, ni creemos tampoco que los inversores esperen un cambio significativo en la política de la Fed a lo largo de 2018. Este es el ciclo de aumento de tipos más gradual de los tiempos modernos y se espera que la tasa objetivo de los fondos federales alcance un nivel neutral más bajo que los promedios históricos, reflejando el crecimiento tendencial e inflación a la baja que caracterizan esta era”, comentó.
Para el experto de Fidelity International, es importante destacar que esto ya se refleja ampliamente en los mercados de bonos: la curva de tipos de EE.UU. se ha movido hacia arriba y aplanado a la vez desde marzo, y las expectativas del mercado para los tipos a corto plazo de EE.UU. han convergido de manera significativa con las previsiones del FOMC. “El mercado indica que existe aproximadamente un 33% de probabilidades de que el FOMC realice tres alzas de 25 puntos básicos este año, lo cual nos llevaría a una tasa objetivo de la Fed del 2,5% – un nivel sugerido por algunos como la nueva tasa neutral. La inflación parece estar contenida y sólo aumentará hacia el verano, lo que proporciona un impulso para que el FOMC se apegue a sus pronósticos. Mientras tanto, las condiciones financieras siguen siendo acomodaticias y el crecimiento de EE.UU. sólido, por lo que el enfoque gradual de la Fed parece estar bien calibrado”, señala.
Los datos económicos que respaldan una normalización gradual
Los recientes indicadores y las encuestas económicas no parecen justificar un cambio en la estrategia de la Reserva Federal para la normalización gradual de la política monetaria. Según apunta Franck Dixmier, responsable global de renta fija en Allianz GI, el último “Libro Beige” de la Reserva Federal, un informe cualitativo sobre las condiciones económicas parece confirmar su evaluación positiva de la economía estadounidense. “Los indicadores empresariales permanecen firmes, a pesar de cierta incertidumbre asociada a las amenazas proteccionistas de la Casa Blanca. No ha habido un aumento notable en la presión salarial al alza. La inflación aumentó moderadamente en marzo, con el índice de precios de consumo (IPC) alcanzando el 2,4% y el índice de gasto de consumo personal (PCE según sus siglas en inglés) llegando al 1,6%. Esto parece confirmar la opinión de la Reserva Federal de que la inflación se está moviendo hacia su objetivo a medio plazo, y que los factores que anteriormente estaban limitando los precios se han disipado”, comenta Dixmier.
De nuevo Philalithis de Fidelity, señala que el principal riesgo reside en el efecto que unos precios del crudo más elevados no hayan sido correctamente descontados en el mercado. “La tasa de equilibrio para la inflación, medida por el diferencial de rendimiento entre los bonos del Tesoro de EE.UU. a 5 años y los TIPS, se encuentra ligeramente por encima del 2%, que es el objetivo de inflación de la Fed a largo plazo. Por lo tanto, si el precio del petróleo se mantiene en torno a su máximo actual de 75 dólares por barril podremos esperar pronósticos de un ciclo más rápido de subida de tipos por parte de la Fed, lo que requerirá un aplanamiento aún más significativo de la curva de tipos de EE.UU. Mientras tanto, sin embargo, las expectativas de inflación sobre el consumo permanecen bien ancladas y, dada la inclinación de la Fed a realizar sus lecturas a través de los aumentos en los precios de la energía, por ahora esto sigue siendo un riesgo en lugar de una hipótesis de base”, comenta.
Otro segundo riesgo es que se diera un error de política relacionado con la reducción del balance general de la Reserva Federal. “La extensión de este riesgo es muy difícil de evaluar dada la complejidad de cómo afecta la reducción del balance a las reservas bancarias y la liquidez del sistema financiero, motivo por el cual el FOMC toma este enfoque tan gradual. También tienen una serie de mecanismos a su disposición para “afinar” la liquidez del sistema financiero si es necesario. En cualquier caso, esta parte de la normalización de las políticas requiere una observación cuidadosa: es probable que progrese durante un período de crecimiento más lento hacia una mayor emisión de bonos del Tesoro a medida que aumente el déficit fiscal”, añade.
En líneas generales, los datos parecen respaldar lo que el mercado ya está anticipando: la intervención del banco central será gradual, y debería haber un total de tres o cuatro subidas de tipos en 2018. Por lo tanto, es improbable que los inversores reaccionen a las próximas actas del FOMC. En vez de eso, en Allianz GI creen que “se sentirán tranquilos con la claridad de la orientación de la Fed para 2018”.
El largo plazo
A más largo plazo, las perspectivas de la Fed parecen estar divergiendo de las del mercado, lo que puede crear turbulencias. Según el gráfico de puntos o “dot-plot”, una instantánea de las previsiones de los tipos de interés de cada miembro del FOMC, la Fed aumentará los tipos cinco veces entre finales de 2018 y finales de 2020, apuntando a una cifra final de 3,25%. Eso significa que el banco central de EE.UU. está a medio camino de su objetivo, dada el tipo actual de fondos federales del 1,75 por ciento y los 150 puntos básicos en aumentos que la Fed ha implementado desde diciembre de 2016.
Sin embargo, los inversores, no creen en este escenario, sólo están valorando dos alzas para el mismo período de tiempo. “Esperamos que esta divergencia desencadene volatilidad en el futuro, y puede socavar los tipos a largo plazo si los inversores ajustan sus expectativas para que se asemejen más a lo que el banco central probablemente haga”, concluye el gestor de Allianz GI.