Según HBW Partners, algunas de las reservas relativas a un robo advisor se deben a su enfoque one-size-fits-all: donde un inversor individual se convierte en miembro de un gran grupo demográfico al que se le dan consejos de inversión basados en un algoritmo. Tom Streiff, consultor de la firma, advierte que el que miles de millones de dólares en activos invertidos estén en la misma inversión, o inversiones similares, ocasiona el que millones de inversores obtienen los mismos resultados. «En general, esto está bien cuando el rendimiento es bueno, pero cuando el rendimiento disminuye, es natural que los inversores vendan, y todos los que venden las mismas inversiones al mismo tiempo crean un efecto de cascada», comenta, mencionando como en algunas veces, el dinero administrado por un robo-advisor pertenece a clientes de distintos grupos demográficos.
A pesar del reciente aumento de jugadores importantes que utilizan robo advisors (Vanguard, BofA, Fidelity Investments, Raymond James y Charles Schwab) en un esfuerzo por llegar a la generación millennial, el directivo señala que solo el 4% de los inversores de alto patrimonio -un grupo demográfico que comprende y confía en gran medida en tecnología sofisticada- utilizan una herramienta de inversión automatizada o de robo advisor, y el 67% de ellos considera las capacidades tradicionales de planificación holística como el factor decisivo para utilizar un asesor.
Streiff dice que la relación a largo plazo de un inversor experimentado con un asesor financiero se basa en la confianza mutua e incluye una comprensión de las preocupaciones familiares únicas del cliente, así como de los objetivos personales y profesionales. «Si bien la tecnología actual puede ser una herramienta de apoyo útil a veces, cuando se enfrenta a una elección de inversión crítica basada en una crisis familiar o una caída repentina o corrección del mercado, el inversor bien informado quiere consultar a un asesor profesional», menciona Streiff, quien comenta que el 38% de los inversores estaría dispuesto a pagar más por el acceso a una persona para obtener ayuda con los servicios financieros, y el 45% no estaría dispuesto a renunciar al servicio de atención al cliente en vivo a cambio de pagar tarifas más bajas.
Para Streiff, las mejores estrategias de los inversores deben basarse en consejos de expertos y planificación profesional personalizada, por lo que no le sorprende que para 2025 se espera que los robo advisors «puros»o totalmente automatizados administren el 1,6% de la riqueza globalmientras que un mucho más significativo 10% equivalente a mas de 16.000 billones de dólares (trillion en inglés), sea administrado por asesores «híbridos».