Los inversores vuelven a centrar su atención en el avance de la inflación. En particular, causa preocupación la manera en la que puedan reaccionar los bancos centrales. Tras el aumento de los tipos anunciado en marzo por la Fed, los inversores siguen valorando el impacto que tendrá sobre el mercado de bonos.
Un tipo de activo que pone al inversor ante una disyuntiva: las nuevas emisiones de bonos ofrecen tipos más altos que las que ya están en circulación y, en consecuencia, caen sus precios. Si se liquidan antes del vencimiento, existe el riesgo de pérdidas de precios.
En este contexto, Christian Reiter, gestor de carteras de Deutsche Floating Rate Notes de DWS, defiende que los bonos de tasa variable o bonos flotantes pueden ayudar a evitar este efecto. “Los tipos de interés variables son la característica clave de un bono de tasa variable. En general, están orientados a una tasa del mercado monetario, por ejemplo, el Euribor. La ventaja: si los tipos aumentan, el interés ofrecido por los flotantes se ajusta a intervalos regulares. Además, tienen una prima de crédito que depende de la solvencia del emisor y el vencimiento restante”, explica Reiter.
Una opinión que también comparte Marisa Aguilar, responsable Allianz Global Investors en España. Según explica, “en un contexto de aumento de los tipos en un entorno inflacionario, la exposición al mercado de tipos flotantes puede ofrecer a los inversores una alternativa a sus asignaciones tradicionales de renta fija. Independientemente de los cambios en los tipos de interés, los bonos de interés variable globales continúan brindando un rendimiento atractivo para los inversores”.
Institucionales y particulares
Este tipo de activo tiene la ventaja de ser menos sensibles a las subidas de tipos; algo muy atractivo para los inversores institucionales. “Si la inflación reaparece, esto podría hacer que el Banco Central Europeo se aleje de su trayectoria persistente de política monetaria extremadamente expansiva. En ciertas circunstancias, esto requeriría que muchas carteras institucionales se reposicionaran estratégicamente”, matiza Reiter desde DWS, quienes han detectado cada vez más demanda por parte de los inversores institucionales.
En este sentido, la gestora alemana cuenta con uno de los mayores fondos de bonos flotantes gestionados activamente en Europa. Se trata del fondo Deutsche Floating Rate Notes, que cuenta con un volumen de 10.000 millones de euros. Solo en el último año, el fondo triplicó su volumen debido a la gran demanda de los inversores. “Esto lo hace especialmente atractivo para los inversores institucionales porque los fondos muy grandes tienden a estar en condiciones de manejar transacciones de compra o venta que ascienden a 50 o 100 millones de euros”, destaca Reiter.
El atractivo de este tipo de activos también ha despertado el interés de los particulares, quienes han sido tradicionalmente inversores de bonos. Por eso desde Allianz GI se ha decidido lanzar el fondo Allianz Global Floating Rate Notes Plus para inversores minoristas.
Según explican desde la gestora, este fondo es uno de los primeros fondos de bonos de interés variable globales disponible en Europa que invierte en una combinación de bonos flotantes con varias calificaciones y titulizaciones, incluyendo bonos corporativos y titulizados que se espera que se beneficien del aumento de los tipos de interés. El fondo ofrece una amplia diversificación en un universo de inversión en crecimiento con el fin de capitalizar las oportunidades de inversión a escala mundial. Está gestionado por el equipo global de renta fija de Allianz GI formado por Malie Conway, jefe de inversiones, y Jonathan Yip, jefe de crédito investment grade, ambos con base en Londres.
“Allianz Global Investors ha estado invirtiendo en bonos de interés variable desde 1998, y ahora, por primera vez, estamos poniendo esta experiencia a disposición de los inversores minoristas a través de este producto único”, ha señalado Aguilar sobre el lanzamiento.