A golpe de tweet y de polémica: así ha sido el primer año de mandato de Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Sus promesas electorales sobre la reforma fiscal, su plan de infraestructuras y el impulso a la industria estadounidense fueron vistos como un impulso adicional para el crecimiento económico y empresarial del país.
Por ahora, de todas aquellas promesas, la reforma fiscal ya ha sido aprobada y parce que, a corto plazo, le tocará el turno a un ambicioso plan de infraestructuras. “Un año después, y dado que Trump apenas está comenzando a convertir sus promesas políticas en legislación, los mercados financieros continúan recuperándose. Los mercados de valores, los productos básicos y los bonos han obtenido rendimientos positivos y la volatilidad, o turbulencia del mercado, se ha mantenido baja”, destaca David Brett, redactor de inversión de Schroders.
Se podría decir que algunas incertidumbres se han despejado, por ejemplo en el caso de la política de Fed, parece que la institución acometerá al menos tres subidas de tipos este año –según apunta el consenso de mercado–. Sin embargo, aún quedan algunas dudas, como qué ocurrirá con el comercio internacional –que es algo muy importante para los mercados emergentes–, si aumentará el gasto público, por ejemplo en proyectos de infraestructuras; o si finalmente habrá una desregulación del sector financiero.
En opinión de Philippe Waechter, economista jefe de Natixis Asset Management, filial de Natixis IM, uno de los aspectos más importantes de cara a este tiene que ver con una posible guerra comercial. “Si volvemos la vista a la toma de posesión y al discurso de Trump hace un año, podemos recordar que claramente se refirió a la necesidad de generar la mayoría de empleos posibles en EEUU, especialmente en el sector industrial, con el fin de beneficiar a los ciudadanos estadounidenses. Esta visión del mundo tuvo un gran impacto en la política comercial, porque la relación de cooperación con otros países o regiones del mundo ya no era una alternativa, y el surgimiento de este concepto dictó la probabilidad de una guerra comercial con un efecto drástico en los conceptos arancelarios”, explica.
La previsión del FMI es que la economía norteamericana crezca un 2,7% en 2018, pero una parte del mercado advierte de un posible recalentamiento de su economía, en parte por el efecto que pueda tener la reforma fiscal aprobada. “Esta buena noticia para la economía americana se traduce en unos salarios más elevados, mayores objetivos de las empresas y una subida de las acciones americanas. Un éxito para la administración de Trump, incluso aunque su efecto a largo plazo es difícil de saber. Este plan de estímulo masivo en una economía que se encuentra al final del ciclo no tiene sentido económicamente. De hecho, es un factor susceptible de acelerar el sobrecalentamiento de la economía americana y la llegada de las tensiones inflacionistas, lo que llevaría a la Fed a endurecer más agresivamente su política monetaria”, advierte Enguerrand Artaz, gestor de Cross Asset de La Financière de l’Echiquier.
Los ganadores
Según el análisis de Christian Hantel, gestor del fondo Vontobel Fund-Globa Corporate Bond Mid Yield en Vontobel AM, Trump sí ha dejado claro que tiene puesto el foco de atención en las empresas. “Este es el motivo por el cual hasta ahora no ha revocado todos los acuerdos de comercio internacional. En mi opinión esto ha sido muy positivo para los mercados emergentes como clase de activo. La gente ha sido muy cauta, pero el año pasado fue favorable para los mercados emergentes. En definitiva, en conjunto, creo que el primer año de Trump ha sido intenso para los inversores en bonos corporativos y hasta ahora, el impacto ha sido bastante positivo”, apunta Hantel.
En el caso de los mercados emergentes, Brett apunta que “las acciones de los mercados emergentes han reportado un 38,5% desde el 20 de enero 2017, frente al aumento del 27% que han logrado las europeas”. En conjunto, las acciones globales han tenido un gran rendimiento, incluido las estadounidense, que “han registrado ganancias cercanas al 20%, con un rendimiento similar para las acciones a nivel mundial. Pero son los mercados emergentes y las acciones europeas los que han obtenido mejores resultados”, matiza.