Deutsche Bank mantiene una visión optimista en torno a sus previsiones de crecimiento mundial y anticipa una cierta aceleración de la economía global, que pasará de crecer un 3,7% en 2017 a un 3,8% en 2018. Esta es una de las principales conclusiones del encuentro ‘Perspectivas económicas y estrategia de inversión para 2018’, presentado este lunes en Madrid por la entidad.
En la presentación, Rosa Duce, economista jefe de Deutsche Bank en España, y Diego Jiménez-Albarracín, responsable de Renta Variable del Centro de Inversiones de Deutsche Bank España, han analizado algunas de las principales cuestiones de la economía a nivel global y han trazado la estrategia de inversión del banco de cara al año que viene.
Deutsche Bank mantiene su previsión de crecimiento para la economía global: 3,7% en 2017 y 3,8% en 2018. De acuerdo con los cálculos de los analistas de la entidad, el conjunto de la economía mundial se expandirá a un ritmo ligeramente superior en 2018 que en 2017 debido al avance de los principales indicadores en EE.UU, Europa, Japón y los países emergentes.
Respecto a Estados Unidos han revisado al alza la previsión de crecimiento de la economía para 2017 –pasando de un 2,2% a un 2,3%– debido a los buenos datos del mercado laboral, que roza el pleno empleo; el consumo, y la producción industrial, que superan las expectativas de los analistas. El banco prevé que en 2018 el crecimiento se situará en un 2,3% gracias al apoyo de una mejora de la economía global, el consumo doméstico y el crecimiento de los beneficios corporativos. “Asimismo”, añade Duce, “nuestra previsión es que el Partido Republicano en EE.UU logrará aprobar su ambiciosa reforma fiscal y que esto supondrá un espaldarazo para la economía estadounidense”.
Para la zona euro consideran que los buenos datos económicos continuarán sorprendiendo de manera positiva, lo que les ha hecho revisar al alza su previsión de crecimiento en 2017 del 2,1% a 2,3%. La previsión de crecimiento para 2018 también mejora en dos puntos porcentuales –de 1,8% a 2,0%– y se espera que se apoye en factores como el consumo, el empleo, un mayor gasto público y mayor inversión empresarial. En 2018, no se espera que los riesgos políticos puedan hacer descarrilar el buen panorama económico. En cuanto a las principales economías europeas, Deutsche Bank prevé que Alemania crezca un 2,1% en 2018; Francia, un 2,0%; España, un 2,5%, e Italia, un 1,2%.
Emergentes
En lo que afecta a los países emergentes, “la previsión de crecimiento en las economías emergentes se mantiene intacta, 5% en 2017 y 5,2% en 2018, y se espera que continúe siendo fuerte como resultado de una recuperación global sincronizada”, indica Rosa Duce quien espera que la recuperación de la economía brasileña se acelere en 2018.
En otros países como Japón, la entidad espera que la economía del país crezca un 1,5% tanto en 2017 como en 2018, según sus previsiones, que se mantienen sin cambios. En este caso el crecimiento vendrá impulsado por diversos factores como la fuerte demanda interna, una política monetaria acomodaticia, la subida del gasto público y la inversión a raíz de los Juegos Olímpicos 2020.
Sin duda, un elemento común y que afectará a la evolución de todas la previsiones y economías es lo que ocurra con la política monetaria de los bancos centrales. “La baja inflación brinda a la Reserva Federal (Fed) la oportunidad de normalizar su política monetaria de una manera pausada y gradual”, explica Duce, que apunta que “esperamos tres subidas de tipos hasta diciembre de 2018, empezando con una primera en diciembre de 2017”.
Por otra parte, los analistas de Deutsche Bank consideran que la elección de Jerome Powell como presidente de la Fed indica que este organismo apuesta por una política continuista. En Europa, no se espera que el Banco Central Europeo (BCE) siga los pasos de la Fed. “Creemos que la Eurozona se encuentra en un ciclo económico unos años atrás del de EEUU. No esperamos subidas de tipos del BCE hasta, como muy pronto, el primer trimestre de 2019, pero sí anticipamos que pondrá fin a su programa de compra de deuda en la segunda parte de 2018”, asegura Duce.
Estrategia de inversión
En renta fija, las previsiones de la entidad sobre los bonos soberanos a 10 años se mantienen intactas: EEUU a 2,6%, Alemania a 0,8%, Reino Unido a 1,4% y Japón a 0,10%. “El incremento de la inflación y la normalización gradual de la política monetaria deberán impulsar las rentabilidades”, asegura Jiménez-Albarracín. Por otra parte, se espera que el crecimiento a nivel global, la baja probabilidad de una recesión y los robustos resultados corporativos resulten en una compresión de los diferenciales de crédito corporativos. En cuanto a los bonos de alto rendimiento (high yield) los analistas del banco consideran que los europeos tienen menos atractivo que los estadounidenses dado que las valoraciones son menos favorables en Europa.
Respecto a la renta variable, el banco ha revisado al alza sus previsiones en los principales mercados desarrollados. “El avance de la economía mundial, la política monetaria todavía acomodaticia de los bancos centrales y el efecto positivo de la reforma fiscal en EE.UU deberán impulsar los beneficios corporativos”, señala Jiménez-Albarracín.
Los analistas de la entidad ven mayor atractivo en la renta variable europea por las bajas valoraciones y los bajos riesgos políticos, mientras que los índices en EE.UU apenas superarían los niveles récord de 2017. En cuanto a la renta variable en países emergentes, se anticipan beneficios próximos al 15% en 2018 como resultado de las reformas económicas y de crecimiento impulsadas en algunos de estos mercados, especialmente en Asia. “Nuestra previsión es que la renta variable en países emergentes tenga un mejor rendimiento que la de los mercados desarrollados en los próximos 12 meses, pero será clave ser selectivo en la aproximación a estos índices”, explica Jiménez-Albarracín.
Por último, la firma considera que en 2018 la fortaleza inicial del dólar estadounidense se moderará hacia el cierre del año. “La volatilidad del entorno político en EE.UU y un crecimiento por encima de lo esperado en Europa y Japón han mantenido una presión negativa sobre el dólar”, apunta Jiménez-Albarracín.
La entidad prevé que factores como los diferenciales de crecimiento y la expectativa de que la reforma fiscal en EEUU finalmente se apruebe apoyen la fortaleza del dólar en los próximos meses, con una cotización más cerca de los 1,15 dólares por euro.