La Organización Meteorológica Mundial (WMO) publicó recientemente el informe “WMO statement on the state of the global climate in 2016”, que dibuja una foto alarmante del cambio climático hasta la fecha, según comenta Alexandre Jeanblanc, especialista en inversiones socialmente responsables de BNP Paribas AM, en un artículo en el que analiza los puntos más reseñables de este estudio.
El cambio climático es real: 2016 fue el año más caluroso
En esencia, este informe confirma que 2016 fue el año más caluroso que se ha registrado nunca, con temperaturas de 1,1°C por encima del periodo preindustrial. El año fue más cálido que la media del periodo de referencia 1961 a 1990 en 0,83°C, 0,52°C más cálido que la media entre 1981 y 2010 y estuvo en 0,06°C por delante del anterior récord fijado en 2015. 2016 es por tanto el año más caluroso registrado hasta ahora, tanto para los océanos como para la tierra, en ambos hemisferios norte y sur.
Merece la pena recordar que, según los expertos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en los niveles actuales de emisiones de gases invernaderos, el planeta experimentaría un incremento catastrófico de 2°C de temperatura en 2040, que es un periodo de menos de 25 años.
El cambio climático: las emisiones de dióxido de carbono en nuevos máximos
Existen otras medidas que confirman estos cambios:
- En 2016, el dióxido de carbono de la atmósfera llegó a nuevos máximos con 400,0 partes por millón (ppm).
- El máximo anual de extensión de hielo marino fue el más bajo registrado en 2016.
- Las temperaturas de la superficie global media en 2016 fueron las más altas registradas.
La media del nivel del mar se elevó en 20 centímetros desde el comienzo del siglo XX, fundamentalmente debido a la expansión térmica de los océanos, el deshielo de los glaciares y de la capa de hielo. Según el Servicio Mundial de Monitorización de Glaciares (WGMS), las montañas de los glaciares han continuado retrocediendo en 2016.
El cambio climático, empeorado por el fenómeno El Niño
Debería enfatizarse que, en 2016, el calentamiento global se vio exacerbado por el potente fenómeno El Niño de 2015/2016, especialmente al comienzo del año. En los años en los que finaliza un fenómeno de El Niño de alta intensidad, tal como 1973, 1983 y 1998, por lo general muestra un calentamiento adicional de 0,1 – 0,2°C, y 2016 no fue una excepción.
Situaciones que ya eran críticas empeoraron en ciertas regiones. El fenómeno de El Niño tuvo algunas repercusiones inesperadas. En 2015, por ejemplo, aceleró la concentración de CO2 en la atmósfera. Exacerbó los bajos niveles de absorción de CO2 de la vegetación en regiones afectadas por la sequía. Además, el número de incendios forestales que resultaron en condiciones de sequía aumentaron.
El cambio climático: las dramáticas consecuencias para la preservación de la biodiversidad
Por ejemplo, unas temperaturas muy elevadas provocaron una decoloración de los corales en regiones tropicales como Okinawa o alrededor de la Gran Barrera de Coral en Australia. Las islas Fiji informaron de un exceso de mortalidad en las poblaciones de peces, las temperaturas de la superficie marina fueron mucho más elevadas de lo normal, con más de 3°C en algunos lugares, causando estragos en los componentes físicos, químicos y biológicos del entorno marino, con un efecto de arrastre en la cadena de alimentos y en el ecosistema marino.
Las actividades de pesca, que son vitales para las comunidades locales y para la economía, se vieron inevitablemente afectadas. El noroeste de Brasil experimentó una sequía descrita por los observadores de la región como excepcional, después de las fuertes lluvias en enero de 2016, virtualmente no hubo lluvias durante el resto del año. En 2016, la producción nacional de cereales fue un 22% más baja que la media de los cinco años anteriores.
Unas fuertes sequías hundieron a millones de personas con escasez de comida en el este y sur de África y en América Central. El huracán Matthew afectó severamente a la población de Haití, Cuba y la República Dominicana y causó pérdidas económicas significativas en Estados Unidos. Por último, las fuertes lluvias y las inundaciones extensivas golpearon el este y sur de Asia.
Con este telón de fondo, BNP Paribas Asset Management (BNPP AM) ayuda a enfrentarse a estas cuestiones del calentamiento global a través de sus fondos de inversión socialmente responsable (ISR), que invierten en empresas que trabajan para reducir el efecto invernadero de las emisiones de gas.
Al mismo tiempo, Alexandre Jeanblanc asegura en el blog de inversión de la firma que BNPP AM está fuertemente involucrada en los grupos de trabajo de muchas coaliciones de inversores internacionales de cambio climático y, de forma más general, se compromete con el diálogo y la consulta para motivar a las empresas a adoptar las mejores prácticas ESG.