El estelar desempeño de las bolsas este año ha roto varios de los paradigmas con los que ciertos inversionistas suelen enfrentar el mercado de valores, afirma Miguel Ángel Suárez, gerente de Wealth Management de LarrainVial en una nota publicada en el blog de la firma.
Por ejemplo, el famoso dicho “sell in May and go away”, que habla de la negativa estacionalidad histórica de Wall Street en el periodo mayo – octubre. El cual, no funcionó para nada durante este ejercicio: desde el inicio del quinto mes hasta la semana pasada, la bolsa de Nueva York acumulaba una rentabilidad de casi 8%.
Si usted este año ha reaccionado tal como los inversores lo han hecho en años anteriores frente a conflictos geopolíticos, reducciones de calificaciones de riesgo o múltiples alarmas de burbujas, significa que muy probablemente ha dejado de ganar.
Si usted se preocupó en demasía por el anuncio de hace un par de semanas por parte del Banco Central Europeo sobre el retiro progresivo de los estímulos monetarios puestos en práctica en los últimos años, posiblemente cometió un error; si bien la noticia, en otra época habría causado un aumento en la volatilidad y caídas en ciertas clases de activos, nada de eso ocurrió.
La pregunta que se hace mucha gente es si 2018 seguirá siendo un año positivo para la inversión en renta variable. Osi, por el contrario, es momento de “aligerar algo la carga” y tomar utilidades…
La respuesta no es fácil y depende del nivel de aversión al riesgo de cada persona.No obstante, parece ser que esta sincronizada recuperación global continuará e inclusive si vemos las cifras de crecimiento podría acelerarse. Según un estudio de Deutsche Bank Research, citado por su economista jefe Torsten Slok, la economía mundial nunca ha estado en tan buena forma, en al menos los últimos 40 años, debido a que el número de países en recesión hoy en día es el históricamente más bajo según sus registros.
Por otro lado, la inflación en el mundo seguiría baja por los próximos meses, con lo cual las tasas no subirían de manera agresiva. Esto vendría a sumar a la recuperación más fuerte de las utilidades en Europa, Japón y Estados Unidos, manteniendo el viento de cola para una mayor escalada de los activos en general. No habiendo mayores riesgos (al menos en el corto o mediano plazo) de una recesión que eche por tierra la mentada expansión.
Y es que está contenida subida de los precios, ha hecho que la inflación se mantenga consistentemente por debajo de los objetivos declarados por muchos de los bancos centrales. Las razones de ellos son probablemente diversas, pero es indudable que el impacto de la tecnología en la caída de los precios, es cada vez más importante. Toda vez que los procesos productivos de las empresas son más intensivos en ella. Con el consecuente ahorro, que más tarde es trasladado al consumidor final.
Un riesgo a tener en cuentas es que Estados Unidos sorprenda con cifras bastantes más altas de crecimiento en el último trimestre de este año y en el primero del próximo. Esto podría revalorizar el dólar y, con ello, provocar una caída de los commodities y, con ellos, de algunas bolsas Emergentes. Se trata, no obstante, de un escenario de baja probabilidad, pero de aquí en más, habría que estar atentos a ello.
En síntesis, si bien nadie puede saber a ciencia cierta si todos los factores positivos mencionados más arriba no estén ya incorporados de alguna forma en el precio de los activos, lo que sí es cierto es que el mercado tiende a “olfatear” este tipo de cambios en el margen, antes que muchos economistas y analistas. Quedando todavía espacio para una mayor subida, antes que todos ellos sean obvios y sea, por tanto, muy tarde para sumarse a la fiesta.