El mundo posterior a la crisis ha registrado un lento crecimiento para Estados Unidos y una repunte sin precedentes para la renta variable del país. Las acciones se han visto impulsadas por una política monetaria expansiva que ha conducido a tipos de interés históricamente bajos.
Sin embargo, Eric McLaughlin, senior investment specialist en renta variable estadounidense de BNP Paribas AM, cree que ahora podríamos estar entrando en una nueva fase de crecimiento, un nuevo ciclo impulsado por los estímulos fiscales.
“Esperamos que los crecientes beneficios de las empresas, un repunte de la inflación y una mayor confianza empresarial den como resultado una aceleración en el crecimiento de las ganancias. En este contexto, las empresas más pequeñas también deberían beneficiarse del aumento del apetito por el riesgo entre los inversores. Además, las small-captienden a tener un mayor apalancamiento operativo debido a economías de escala más débiles. Dada su mayor orientación doméstica, sus ganancias deberían mantenerse mejor a medida que el dólar estadounidense se aprecia”, explica.
Para McLaughlin también las fusiones y adquisiciones van a seguir siendo un tema importante para evaluar las perspectivas de las acciones de pequeña capitalización. El año pasado asistimos a un gran número de operaciones de M&A en las small caps, tanto en el recuento de transacciones como en el valor de las operaciones en las que se vieron involucradas compañías que cotizan en el índice Russell 2000.
Aunque el estímulo fiscal y las reducciones de impuestos podrían alejar a las empresas del crecimiento mediante ‘compras’, el gestor de BNP Paribas AM cree que la oportunidad de adquirir tecnología, clientes, capacidades o aumentar las ganancias continuará siendo una fuerte motivación.
Identificando a los ganadores
Es probable que las acciones con una alta exposición doméstica evolucionen mejor que las empresas globales debido a las preocupaciones sobre la política comercial de Trump, y esto debería beneficiar a las acciones más pequeñas.
Además, continúa McLaughlin, las acciones de pequeña capitalización tienen una correlación más fuerte con el crecimiento del PIB estadounidense: si aumenta (como sospecha que ocurrirá), estos títulos se beneficiarán.
“Nuestra visión del mercado se centra en la sensibilidad económica. Los sectores industriales (infraestructuras), dada su naturaleza cíclica, también podrían beneficiarse de un enfoque nacional. El sector financiero también se ha recuperado después de la elección de Trump”, apunta el gestor que ve en un recorte del impuesto de sociedades como otro factor que podría ayudar a aumentar el gasto y por tanto, a impulsar los valores relacionados con el consumo.
“En cuanto a las tecnologías de la información, creemos que estas compañías podrían recibir un impulso de la repatriación de efectivo, ya que veremos más fusiones y adquisiciones en este sector. Las empresas también podrían usar el efectivo para recomprar acciones y pagar dividendos, lo que puede ayudar al rendimiento del mercado de valores. Finalmente, las acciones de salud se ven bien posicionadas para destacar, particularmente en las industrias biotecnológica y farmacéutica”, concluye.