La deuda de los mercados emergentes denominada en moneda local y la deuda de los mercados frontera ofrecen a los inversores algunas de las oportunidades más relevantes para equilibrar sus carteras de renta fija frente a los potenciales obstáculos derivados de la normalización de las políticas monetarias y el aumento de los tipos de interés a nivel global.
Así lo cree Marcelo Assalin, responsable del equipo de deuda de los mercados emergentes de NN Investment Partners, que estima que estos activos ofrecen a los inversores opciones atractivas en dos escenarios económicos distintos. En el primero, el crecimiento mundial supera el nivel de 3,5% que ha sido su límite máximo en los últimos seis años. En el segundo escenario el crecimiento continúa limitado a un determinado rango.
«El segundo escenario, que es nuestro escenario base, es que el crecimiento global continuará alrededor de los niveles actuales. Esto sería muy positivo para los mercados emergentes ya que la liquidez global y las condiciones financieras seguirían siendo muy favorables como consecuencia de la tendencia gradual de los bancos centrales hacia el endurecimiento de las políticas monetarias”, explica el gestor.
En este escenario, dice, es probable que persistan las entradas de capital ayudando a que los diferenciales de la deuda de los mercados emergentes se estrechen aún más. “La deuda de los emergentes ofrece mayores rendimientos en general y tiende a desempeñarse muy bien a largo plazo tanto en moneda fuerte como en moneda local. En una economía con un crecimiento moderado, significa una mayor compresión de los spread para activos en moneda fuerte. Especialmente, en la parte de mayor rendimiento de este universo de activos: los mercados frontera.
Sin embargo, NN IP cree que la deuda en moneda local merece un análisis más en profundidad: aunque las divisas de los mercados emergentes se han apreciado este año, la gestora cree que siguen infravaloradas en cerca de un 15%, según sus estimaciones.
Tasas de interés real
“Esto significa que los inversores podrían mejorar sus retornos solo con que las divisas recuperen algo del terreno perdido los últimos cinco años. Además, las tasas de interés real son actualmente altas en los mercados emergentes y existe la posibilidad de que los bancos centrales decidan recortarlos, dado que la inflación sigue siendo positiva. Esto reducirá los rendimientos y elevará el valor de los bonos. Los países que parecen atractivos en estos términos son Sudáfrica, Rusia, Turquía y Brasil”, explica Assalin.
Además, el gestor subraya las posibles consecuencias del primer escenario económico, en el que el crecimiento global superará su techo actual: “En un escenario de crecimiento más equilibrado y al alza, los mercados emergentes podrían funcionar bien debido a varios factores”.
El primero es, para NN IP, que el comercio mundial aumentará, lo que beneficia fuertemente a los emergentes y al potencial de apreciación de sus monedas, y un mayor crecimiento también debería impulsar los precios de las materias primas.Varios de estos mercados, especialmente los mercados frontera, son exportadores de materias primas y se beneficiarán fuertemente en este escenario.
La deuda de los mercados frontera goza de factores favorables como un crecimiento económico más alto, datos demográficos favorables y mayores oportunidades de retorno. También pueden ofrecer diversificación a las carteras debido a su baja correlación con otras clases de activos, baja duración y altos rendimientos.
Assalin concluye que, fundamentalmente, los países emergentes tienen saldos mucho más saludables que en el pasado. “Muchos de los principales países emergentes que registraron déficits por cuenta corriente en el ‘taper tantrum’ de 2013, ahora tienen superávit. Esto los hace menos dependientes de la financiación externa y menos vulnerables a los choques externos. Para Assalin, esto debería proporcionar un fuerte colchón en un entorno de tasas de interés globalmente ascendentes y un dólar potencialmente más fuerte”, apunta.