Con esta metáfora metereológica, la gestora AXA IM resume lo que está por venir el resto del año en clave macroeconómica y de mercados. Hasta antes del verano la gestora se mostraba constructiva en el mercado estadounidense, pero tras la amenaza norcoreana y el retraso de las reformas de la administración Trump, todo parece haber cambiado.
Sobre la economía estadounidense los nubarrones, por lo tanto, llegan de una reforma fiscal que no parece ver la luz y que “volvería a animar el consumo” así como del debate sobre el techo de deuda que, en opinión de AXA IM, acabará por resolverse con acuerdo. No obstante, advierten de que “el mercado de renta fija nos está mandando el mensaje de que en noviembre va a haber más volatilidad por la falta de acuerdo”.
Mientras para Europa revisan al alza la previsión de crecimiento, para EE.UU. lo revisan a la baja tres décimas y lo sitúan por debajo del 2% en 2017. “Esto está retrasando la política monetaria y ahora pronosticamos dos nuevas subidas de los tipos de interés en 2018”, explica Jaime Albella, director de ventas de AXA IM. “La Fed no va a poder ser tan agresiva”, afirma.
La clave estará en equilibrar las subidas de tipos con la reducción del balance de deuda. “Pensamos que reducir el balance llevaría por sí solo el bono a 10 años de EE.UU. (Treasury) al 2,7% en 2018”. En este sentido, Albella destaca que un tercio del volumen de deuda de la Fed está en manos de inversores asiáticos que “son los que están sosteniendo las tires actuales del bono y evitando que reputen. Esto significa que su financiación depende de la inversión extranjera y te tienes que llevar bien”. AXA IM espera que la reducción del balance alcance los 380.000 millones de dólares en 2018 y los 420.000 millones en 2019.
En cuanto al impacto de los recientes huracanes Harvey e Irma en la economía del país, Albella explica que la horquilla del coste de reconstrucción es a día de hoy muy amplia y se mueve entre los 50.000 y los 200.000 millones de dólares. Eso sí, recuerda que “un huracán no resta PIB, pero la reconstrucción posterior si genera un mayor crecimiento económico”.
En cuanto al BCE, Albella cree que el partido se va a jugar en el terreno de los mensajes más que en el de los hechos. “Va a tratarse más de un reto verbal de Mario Draghi. La clave estará en generar expectativas prudentes”. El siguiente paso del “tapering” podría, por lo tanto, retrasarse y ser más lento con un ritmo de reducción de 40.000 millones de euros de aquí a segunda mitad de 2018.
Su previsión respecto al mercado de divisas se aleja ya de la otrora paridad y apuestan porque la moneda única se mantenga en el nivel del 1,20 con respecto al billete verde. “Vemos más que una apreciación del dólar, una depreciación del euro”, explica.
Estrategia de inversión: positivos en emergentes, negativos en deuda pública
En un contexto en el que las correlaciones entre la renta fija y la variable vuelven a la normalidad y el BCE se está quedando sin universo de inversión en bonos alemanes, en AXA IM sobreponderan la renta variable emergente, el crédito high yield de la zona euro, se mantienen neutrales respecto al estadounidense y se mantienen infraponderados en deuda pública. De cara a la recta final del ejercicio esperan, además, un aumento significativo de la volatilidad.
“En España hay mucho dinero en liquidez y es buen momento para asumir más riesgo”
Que los inversores españoles son conservadores es de sobra conocido, pero el coste en el que incurren por preferir mantener su dinero en liquidez frente a asumir un mayor riesgo, es en estos momentos “muy alto”, según Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM en España.
Durante la III mesa redonda de economía y mercados organizada por la gestora, Barros de Lis ha destacado que “en España hay mucho dinero en liquidez (depósitos, cuentas a la vista…) y es un buen momento para asumir riesgo”. En este sentido, AXA IM acaba de registrar en España su fondo global de renta fija de corta duración AXA WF Global Short Duration Bonds que ofre a los inversores las ventajas de la diversificación global, mitigando el efecto de las subidas de tipos de interés y el aumento de la volatilidad.
Como ha explicado Jaime Albella, director de ventas de AXA IM, “los activos de renta fija de corta duración nos proporcionan una mayor visibilidad y están funcionando muy bien”. Así, la estrategia invierte de manera flexible en todo el espectro de renta fija con vencimiento cortos (máximo cinco años) incluidos bonos ligados a la inflación, bonos de alta calidad crediticia (IG) y deuda de países emergentes en divisa fuerte.