El ministerio de Hacienda de Perú presentó al Congreso un proyecto de presupuesto para 2018 que sitúa como una prioridad la reconstrucción y la recuperación económica, ampliando la inversión en un 19% sobre los niveles de 2017.
Tras una contracción promedio de la inversión pública del 10% interanual durante los dos primeros trimestres de 2017, la nueva inversión será positiva para el crédito de Perú, apoyando el crecimiento económico. El paquete se financiará con las extensas reservas fiscales de Perú para minimizar su efecto en las métricas de la deuda.
El presupuesto intenta contrarrestar los efectos de dos choques experimentados por Perú este año. El primero fue el escándalo de corrupción de Lava Jato en Brasil, en el que participó la constructora brasileña Odebrecht S.A. La participación de Odebrecht en un consorcio que gestionaba un gran proyecto de infraestructura en Perú provocó que el consorcio no pudiera recaudar financiamiento, frenando los proyectos públicos.
El segundo choque ocurrió en marzo, cuando la economía peruana sufrió un golpe luego de las inundaciones relacionadas con El Niño, que dañaron severamente la infraestructura costera y dañaron a los sectores de agricultura, transporte y turismo, entre otros.
Las autoridades estiman que alrededor del 30% de la infraestructura costera del país sufrió daños. El total de daños equivalió a 3,2% del PIB, y el crecimiento interanual cayó al 2,2% en el primer trimestre de 2017, desde 4,0% en el calendario 2016.
El gobierno ha presupuestado para reconstruir las áreas dañadas y para apoyar el crecimiento mientras reduce el gasto actual. La continua reducción de los gastos corrientes en 2017-18 brinda espacio para el impulso de los gastos de capital, al mismo tiempo que se cumplen los límites de déficit establecidos en la anunciada trayectoria fiscal del gobierno.
El gasto gubernamental en inversiones de capital está asociado a efectos multiplicadores fiscales positivos, mientras que el consumo del gobierno tiene un menor multiplicador fiscal, lo que hace que este cambio en la composición del gasto sea positivo para el crecimiento.
Los desembolsos presupuestarios totales aumentarán un 10% con respecto a los niveles de 2017 y el presupuesto prevé un aumento del 19% en el gasto de inversión. El aumento del gasto de capital representa el 44% del aumento total en 2018 y la mayoría se concentra en el nivel del gobierno central, lo que ha mejorado recientemente la ejecución de proyectos de capital.
En general, esperamos que la mayor inversión pública proporcione un impulso directo a la economía igual al 0,6% del PIB y esperamos que el crecimiento en 2018 sea del 3,9%, superior al pronóstico anterior del 2,6%.