“Nos enfrentamos a una realidad de mercado y tendencias que hace 25 años eran impensables”, señalaba Antonio Zoido, presidente de BME, en unas jornadas bajo el título Retos y oportunidades para la banca, otras entidades financieras y EAFIs en el nuevo ámbito de las Fintech y regulaciones financieras. En aquella ocasión, reflexionaba cómo la tecnología, el desarrollo de las Fintech y los cambios en la regulación financiera a nivel global han dibujado un escenario totalmente diferente, y cómo los reguladores van reaccionando a medida que las Fintech, gran motor de la industria, avanzan.
En este sentido, los reguladores encuentran cada día con innovaciones no contempladas en la normativa que tiene que regular. En opinión de Gloria Hernández, of-counsel de FinReg 360, la regulación para proteger al cliente debe desarrollarse más rápida y de otra forma. “La sistemática en la regulación es veo qué ocurre y ponga las normas. Y en estos tiempos todo va demasiado rápido y es muy cambiante como para poder trabajar así, porque al final esas decisiones se quedan en aproximaciones y no son completas”, afirma.
Como ejemplo, Hernández pone el caso de MiFID II. “MiFID nos quería decir algo así como sed buenos, pero luego llegó MiFID II que detalla, en un amplia relación de puntos, lo qué significa ser buenos”.
Raúl Lucas, Spain Country Manager-Open APIs en BBVA, es mucho más tajante y crítico, y apunta que la regulación “siempre llega tarde”. Por lo que también comparte la visión de Hernández sobre la necesidad de que el regular cambie su forma de trabajar y se vaya a modelos más similares a los de otros países, como por ejemplo los anglosajones.
Cambio de enfoque
Para Ezequiel Szafir, consejero delegado de OpenBank de Banco Santander, este cambio de estilo pasará por “cambiar el foco y que no se regule el quién sino el qué”. En su opinión, “el regulador tiene que hacer un cambio básico: regular la actividad y no quién la realiza”, y pone como ejemplo cómo se hace en países como Estados Unidos.
En su opinión, la regulación también puede frenar o dinamizar las innovaciones. “No por casualidad el 75% de la innovación en el sector financiero se produce en Estados Unidos y el porcentaje que se da en Europa, se localiza fundamentalmente en Reino Unido; eso se debe a que tienen un sistema normativo menos prescriptivo”, señala Lucas. Los expertos tienen claro que al regulador solo le queda cambiar su forma de trabajar e ir hacia un modelo más parecido al que aplican los países anglosajones.