En Estados Unidos, el nivel de educación de los inversores tienen mucho que ver con sus elecciones financieras. Es la primera conclusión del último análisis realizado por la consultora Cerulli Associates.
El estudio descubrió que los inversores que no tienen un título universitario representan aproximadamente el 68% de todos los hogares de Estados Unidos y el 25% del mercado objetivo de inversores con al menos 100.000 dólares en activos invertibles.
«Entre este grupo, Cerulli encontró que el 41% de los inversores se clasifican como dirigidos por un asesor, lo que significa que optan predominantemente por subcontratar la supervisión de sus carteras a sus asesores prinicpales», Scott Smith, director de la firma.
Prefieren robo-advisors
Por el contrario, los inversores con mayores niveles de educación representan el 36% del mercado objetivo de inversores en general, aunque sólo el 26% de los hogares tienen contratados asesores.
«Este grupo está sobrerrepresentado en el mercado autodirigido (como robo-advisors) y es más probable que busquen asesoramiento para lidiar con eventos especiales o tener una relación continua con un asesor, pero el 41% de ellos todavía tienen el poder de decisión sobre sus inversiones», explica Smith.
La lealtad a los proveedores financieros disminuye significativamente a medida que aumenta el nivel educativo. Según la encuesta, más de la mitad (el 52%) de los inversores sin título universitario declararon tener al menos el 75% de sus activos invertibles gestionado por su asesor primario, mientras que esta cifra cae al 42% entre los universitarios y al 39% entre quienes poseen una titulación más avanzada.