El comportamiento de los mercados inmobiliarios cotizados en todo el mundo será sensible a la forma en que los bancos centrales se comporten en los próximos meses, en particular a los movimientos de los tipos de interés provocados por la cambiante política monetaria de los bancos centrales, especialmente en Estados Unidos, la eurozona y Japón.
Muchos participantes del mercado siguen siendo optimistas sobre cierto grado de reactivación en Estados Unidos, lo que probablemente conduciría a un aumento de los tipos de interés a más largo plazo allí y en otros países. Sin embargo, Shaun Stevens, estratega de Real Estate de BNP Paribas AM, afirma que la gestora ha adoptado una postura un poco más cautelosa.
“Nuestras expectativas son que el crecimiento y la inflación continúen en su trayectoria actual en el futuro inmediato, con las presiones de los precios en los EE.UU., Europa y Japón, mientras que el crecimiento económico será más estable que espectacular”.
Stevens estima que existe el riesgo de que cualquier cambio en la política del BCE pueda conducir a un aumento de los rendimientos de los bonos y desencadenar una oleada de ventas en de las compañías inmobiliarias que cotizan en bolsa en la zona euro. Sin embargo, afirma, cualquier volatilidad en torno a un cambio en la política del BCE será de corta duración.
“Aunque reconocemos que es probable que la trayectoria de los rendimientos de los bonos sea volátil, creemos que los cambios en las políticas del banco central en los próximos meses serán graduales e incluso podrían tener un impacto sorprendentemente limitado en los mercados inmobiliarios ya que las valoraciones actuales han hecho que el banco central cuenta”.
Experiencia histórica
Recientemente, la atención de los inversores inmobiliarios se ha centrado especialmente en la posible disminución del programa de expansión cuantitativa (QE) por parte del BCE, pero el consenso es que el organismo que preside Mario Draghi tratará de normalizar la política monetaria tan rápido como lo permita el ritmo de la recuperación económica.
Aquí, para tratar de comprender las posibles consecuencias para el mercado inmobiliario europeo, el gestor de BNP Paribas AM recuerda lo sucedido en Europa desde diciembre de 2016, cuando el BCE anunció que estaba reduciendo su programa de compra de deuda de 80.000 millones de euros a 60.000 millones de euros al mes y la experiencia de los Estados Unidos a raíz del ‘taper tantrum’ de 2013. Parece improbable que el BCE se apresure a elevar los tipos de interés a corto plazo después de que el programa de compra de bonos se haya reducido.
La Reserva Federal comenzó a disminuir su QE en diciembre de 2013 y hasta finales de octubre de 2014, las empresas cotizadas del sector inmobiliario de Estados Unidos subieron un 22,4% desde diciembre de 2013 a octubre de 2014. La Fed subió los tipos de interés 14 meses después de que el QE terminara, a finales de 2015. El período entre el final de la disminución y el primer aumento de los tipos de interés trajo volatilidad al mercado inmobiliario de Estados Unidos y aun así el índice MSCI REIT registró una subida del 8% desde octubre de 2014 a diciembre de 2015
“A pesar de que es mejor mantener la prudencia a la hora de extraer conclusiones de la experiencia estadounidense, lo que está claro es que el fin de la QE, si es gestionado cuidadosamente por los bancos centrales, no se verá acompañado automáticamente de una venta de las acciones de inmobiliarias cotizadas”, concluye Stevens.