A medida que la divergencia entre la política monetaria europea y la estadounidense alcanzará la cima en los próximos meses, Stéphane Monier, jefe de Inversiones de Lombard Odier Private Bank, reconoce que está posicionando la cartera para una posible subida del euro. Una revalorización que considera será la próxima tendencia más importante que se dará en el mercado de divisas.
En este sentido, Monier considera que la política monetaria se está volviendo gradualmente más restrictiva aunque con la inflación todavía hundida, los bancos centrales se encuentran en una disyuntiva y tanto la Fed como el BCE están evaluando cuál es el perfecto cóctel de políticas.
“La Fed se mantiene a día de hoy como el banco central más activo de las economías desarrolladas, de manera gradual, aunque efectiva, revirtiendo las medidas extraordinarias e incrementando los tipos de interés. A no ser que la inflación se incremente, creemos que la capacidad de la Fed para seguir incrementando los tipos se pondrá en duda una vez que éstos oscilen en el abanico del 1,5% al 2%”, señala Monier.
Respecto al BCE, destaca que la institución ha sido más cautelosa para deshacer las medidas extraordinarias aplicadas después de la crisis financiera. Según explica, “mientras la política del BCE se mantiene en modo de crisis, la economía europea cuenta con buena salud. Los datos del segundo trimestre de 2017 del PMI de la eurozona muestran el mejor trimestre en los últimos seis años; además el desempleo baja a niveles de hace ocho años y la confianza empresarial alemana batió su record el pasado junio. A esto se suma que los riesgos políticos se han estabilizado, aunque se mantienen en Italia”.
Dado el mayor retraso del BCE, la entidad cree que es probable que anuncie la retirada de las políticas heterodoxas – incluyendo el decrecimiento de su programa de compra de activos – en septiembre o diciembre de este mismo año, y que empiece a implementarlo en 2018. “Después, subirá los tipos de interés del -0,4%, al -0,2% y al 0%. El proceso podría dividirse en distintas etapas y durar en torno a 12 o 15 meses, acabando así con las políticas heterodoxas a finales de 2018 o principios de 2019”, apunta Monier.
Un punto de inflexión
“Creemos que en algún momento de los próximos seis meses, los mercados alcanzarán un punto de inflexión donde la divergencia entre la política monetaria europea y la americana llegará a su pico. Mientras el BCE se volverá más restrictivo en 2018, esperamos que la Fed alcance un valor terminal entre el 1,5% y el 2% y luche para reducir su balance. También esperamos que la normalización del balance del BCE dé un impulso a los bancos de la región, causando así pocos problemas en los mercados, asumiendo su liderazgo desde su suave reacción al camino bien indicado por la Fed hacia la normalización”, explica.
El análisis resulta lógico, pero ¿qué consecuencias habrá? La entidad considera que los movimientos más radicales tendrán lugar en los mercados de divisas con el euro subiendo frente al dólar americano. “El valor justo del euro frente al dólar en paridad de poder adquisitivo se encuentra alrededor de 1,21 euros. Sin embargo, los mercados a menudo se disparan y el la relación euro-dólar podría alcanzar el 1,30 en los próximos 12 o 18 meses”, apunta Monier.
Reducir exposición
Teniendo como escenario central esta evolución, Monier reconoce que han empezado a posicionar las carteras para beneficiarse del pico de divergencia entre las políticas monetarias de Europa y Estados Unidos, reduciendo la exposición al dólar. “Si la trayectoria de la política monetaria y los escenarios económicos siguen nuestras previsiones a medida que avanza 2017, podríamos reducirla más”, afirma.