En un escenario marcado por numerosos retos macroeconómicos y geopolíticos, en el que conseguir retornos como en el pasado será muy difícil, cinco gestores ofrecen sus ideas para lograr atractivas rentabilidades. En renta variable, Henderson Global Investors ve oportunidades en China, mientras la historia de consumo en Asia es la guía para la inversión en acciones de una de las estrategias más conocidas de Matthews Asia; y el estilo value, la clave para obtener atractivas rentabilidades en bolsa emergente según Brandes Investment Partners. En un segmento tan complicado actualmente como la renta fija, M&G Investments ve oportunidades en high yield y bonos high yield flotantes. Más allá de un solo activo, Aberdeen Asset Management apuesta por un enfoque multiactivo y diversificado que invierte en segmentos del mercado realmente innovadores.
Son las estrategias que se presentaron a lo largo del primer día de la tercera edición del Fund Selector Summit 2017 -encuentro dirigido a los principales selectores e inversores en fondos de USA Offshore y joint venture entre Open Door Media y Funds Society-, que se celebra estos días en Miami.
Multiactivos: una estrategia basada en la diversificación
Simon Fox, especialista senior de inversiones de Aberdeen Asset Management, explicaba por qué es importante adoptar una postura innovadora y diferente a la hora de invertir en multiactivos: en lugar de utilizar estrategias de market timing –algo muy difícil de hacer- o basadas en el empleo de derivados –complejas y dependientes de las capacidades de los gestores y de las apuestas que se tomen-, defiende la preferencia por una estrategia más activa y centrada en la diversificación y búsqueda de oportunidades en nuevos segmentos del mercado. Para el experto, es necesario mejorar la diversificación porque las carteras tradicionales basadas únicamente en renta fija y variable -y que han funcionado muy bien durante las últimas décadas, cuando la renta fija tenía un rol defensivo pero aportaba también una gran fuente de retornos- ya no ofrecerán los mismos retornos de ahora en adelante: “El futuro estará marcado por un menor crecimiento global y menores yields y eso significa que los activos tradicionales ofrecerán menores rentabilidades que en el pasado”: así, en un entorno de precios más ajustados en renta variable y crédito, un estudio de McKinsey Global Institute apunta a una rebaja de retornos durante los próximos 20 años de 250 puntos básicos en acciones estadounidenses (con respecto a la media del periodo 1985-2014) y de 400 en renta fija.
Y eso sin contar con riegos y preocupaciones, como China o el Brexit, además de otros: “El mayor riesgo para una cartera multiactivos no es el corto sino el largo plazo, porque hay factores que han apoyado el crecimiento global en el pasado que no van a repetirse o que incluso pueden convertirse en obstáculos”, explica el especialista, señalando como ejemplos la demografía, el ajuste en China o la desglobalización.
De todo este panorama se deriva la necesidad de diversificar, con claras ventajas: “Es lo que muchos inversores vienen haciendo a lo largo de los años, añadir más activos a las carteras para logar más fuentes de crecimiento pero también reducir la volatilidad”. Y, como punto a favor, los obstáculos tradicionales a la diversificación (como la transparencia, iliquidez, regulación, comisiones….) se están disipando, de forma que “hoy se puede diversificar mejor gracias al tamaño y la globalidad ganada por las gestoras y por la mayor exposición y acceso a diferentes activos”. Como ejemplos en este sentido, Fox señala los bonos en India (que pueden ofrecer retornos anuales por encima del 7% y es un mercado que se beneficia de la mejora en los fundamentales –de hecho, la gestora tiene un fondo centrado en este activo-), o el acceso a renta variable a través de una perspectiva de smart beta (centrada en la baja volatilidad o en la obtención de rentas). En el espectro alternativo también se abren nuevas oportunidades, como el leasing de aviones (que puede ofrecer retornos cercanos al 10%), o valores ligados a seguros (insurance-linked).
En definitiva, “hay muchas más oportunidades que en el pasado”, lo que lleva a Aberdeen AM a hablar ya no de multiactivos sino de multi-multi activos, la mejor forma de ofrecer rentabilidad a largo plazo, dice Fox. La gestora cuenta con dos estrategias en este sentido, una centrada en la obtención de rentas y otra en el crecimiento, ambas con posiciones similares y un bajo turn over debido a su foco en los fundamentales y visión de largo plazo (cinco-diez años).
Oportunidades en renta variable asiática
En este entorno, la renta variable sigue siendo también una opción atractiva para las carteras. Y Asia es una región que conviene considerar. Para Rahul Gupta, gestor de Matthews Asia, “Asia es pasado, presente y también el futuro”, dice, a la hora de explicar el significado de invertir en el continente para la gestora. Poniendo el ejemplo de Vietnam, habla de la evolución de la sociedad desde su economía basada en la agricultura hacia el consumo y la industrialización… una tendencia que aprovecha en su fondo.
“La clase media de Asia va a ser una fuerza económica muy importante en el mundo y lo que compre y aquello en lo que gaste será cada vez más importante para los negocios y para las inversiones”, añade el gestor. En su opinión, el mayor catalizador para el crecimiento y la subida de las rentas –y por tanto, para el consumo- será la mejora de la productividad en Asia. Como dato, los salarios están creciendo más rápido en el continente que en casi todo el resto del mundo.
No en vano el principal ancla para el fondo Matthews Pacific Tiger -que gestiona Gupta- es la demanda doméstica; la segunda guía, la búsqueda de negocios que crezcan de forma sostenible, a lo largo de un ciclo, aunque las cifras sean más bajas. “El crecimiento está ahí, no hay que buscarlo, pero sí esos negocios”, comenta. Como prueba de la importancia de la sostenibilidad a la hora de buscar crecimiento, el gestor explica que, para algunas industrias en China, un entorno de menor crecimiento es más favorable, porque ayuda a obtener un desarrollo de capital “más racional” y retornos para los inversores “más saludables”.
El fondo cuenta con dos sesgos importantes: en primer lugar, está infraponderado en sectores más cíclicos, como materiales o energía, que no ofrecen esa sostenibilidad en el crecimiento; en segundo término, se posiciona principalmente en empresas de países emergentes de Asia, que ofrecen más crecimiento que los más desarrollados. Una tercera característica del fondo es que tiene mayor asignación a negocios con una capitalización mediana que sus comparables: “Históricamente encontramos más oportunidades o crecimiento sostenible, y menos lineal, en estas firmas, y eso lleva a la creación de mayor alfa”.
El gestor explica también la importancia de la gestión activa en Asia, dada la rapidez del movimiento que se gesta en el continente, y con el objetivo de elegir los buenos nombres –buscando oportunidades en sectores en los que los índices tienen menos peso pero que ganan posiciones a gran velocidad de vértigo en las economías- pero también evitar “historias de terror”. El objetivo del fondo es capturar el mismo retorno que el mercado de acciones asiáticas pero con menor volatilidad, gracias a su foco en compañías con buenos balances, buena gestión y atractivas valoraciones.
¿Y China?
Dentro de Asia, no se puede olvidar la historia de China, en la que ve oportunidades Charlie Awdry, gestor de Henderson Global Investors. El experto destaca el mejor escenario macroeconómico, marcado por un triángulo de crecimiento-reformas y desapalancamiento, además de un impulso del consumo, un impacto benigno de la presidencia de Trump y un renminbi más fuerte este año. “La preocupación por la caída de la divisa durante los últimos años era evidente, pero el movimiento a la baja ya se ha detenido”, recuerda.
Pero el Henderson Horizon China trata de capturar las oportunidades a nivel microeconómico, no macro: de ahí que el gestor, más que centrarse en el crecimiento del país, analice los datos de PMI para concluir que las compañías chinas están reinvirtiendo… y creciendo con mayor fuerza. Y no solo las privadas: el entorno de mayores reformas a raíz del 19 Congreso del Partido Comunista permitirá que algunas firmas controladas por el estado (SOEs) realicen mejores asignaciones de capital y eleven sus dividendos. Esa es la razón por la que la gestora, aunque sigue apostando principalmente en el Henderson Horizon China por compañías privadas, también mantenga posiciones importantes en este tipo de empresas (un 34% del fondo). En general, y en un entorno de subidas de tipos debido a motivos económicos pero también regulatorios, el gestor vislumbra una mayor diferenciación entre las compañías, al moderarse la oferta de dinero barato… algo que ofrece oportunidades a los gestores activos.
Para el experto, la parte más robusta de la economía china es siempre el consumo y destaca la evolución de los sectores de la nueva China (tecnologías de la información, healthcare, consumo…) sobre los de la vieja China. Con respecto a la diferenciación entre growth y value, y teniendo en cuenta que el primero ha batido al segundo y que el gap de valoraciones se ha extendido, considera que en algún momento el value volverá a escena y, para jugar esa historia, nada mejor que invertir en bancos. Las razones: la mejora en la calidad de sus fundamentales, los beneficios que genera en este sector una mejoría en la macro y las valoraciones. También tiene sentido la inversión desde un punto de vista táctico, puesto que los bancos ofrecen dividendos del 5%-6%: “No hay muchos sitios donde encontrar esos niveles”, dice el gestor, que también menciona como catalizador el impulso del Hong Kong-Shanghai Connect para invertir en las acciones A.
Awdry, que mencionó las ventajas y oportunidades al invertir en China en Hong-Kong, Shanghai, Shenzen o incluso en acciones de empresas chinas listadas en EE.UU. (que ofrecen precios atractivos: “Hay que vender empresas estadounidenses y comprar chinas”), explica la sobreponderación de sectores como consumo discrecional o firmas financieras, frente a la infraponderación en telecomunicaciones o utilities en el Henderson Horizon China, un fondo long-short 130/30, con una exposición a mercado del 90%-100% y centrado en aprovechar las subidas pero también proteger ante las caídas. Sin olvidar la posibilidad de ganar dinero –y no solo proteger el capital- con las posiciones cortas (actualmente la cartera tiene unas 40 largas y 12 cortas). Y todo, con una perspectiva bottom-up y de selección de valores.
La oportunidad value en emergentes
Sin salir del mundo emergente, Brandes Investment Partners confía en la idea de invertir en estos mercados desde una perspectiva value. “Pensamos que hay una gran oportunidad en emergentes con un enfoque value”, indica John Otis, institutional client portfolio manager de la gestora. Entre las creencias que sustentan esa visión y apuesta por el value, destaca que los mercados de acciones no siempre son eficientes, que el precio es clave para determinar los resultados a largo plazo –lo que explica su fuerte sesgo hacia el factor precio-, y destaca cómo ser contrarios ofrece oportunidades para batir al mercado y cómo la paciencia es crítica para generar retornos atractivos. Por eso la gestora, con sede en San Diego y con 28.000 millones de dólares en activos, es fiel a la filosofía value desde su fundación en 1974.
Pero ¿por qué value al invertir en emergentes? Gerardo Zamorano, director del Grupo de Inversiones de la entidad, explica que, en general, un inversor hubiera obtenido mayores retornos posicionándose en los deciles con valoraciones más bajas a lo largo de la historia… algo que se intensifica al invertir en emergentes: “Mucha gente compra emergentes por el crecimiento pero si todo el mundo piensa lo mismo, se acaba pagando más por éste, y, aunque los fundamentales sean buenos, se puede correr el riesgo de pagar demasiado”, advierte. Al otro lado, explica que a veces se tiende a ser demasiado negativo con un país debido a aspectos políticos y económicos… lo que lleva a volatilidad y a fuertes caídas de precios y puede generar oportunidades para su estrategia, materializada en el fondo Brandes Emerging Markets Value. El experto indica su preferencia por buenas compañías, pero con buenos precios.
Y destaca que el fondo es un 90% diferente al índice, con un fortísimo active share, que se explica por varias razones: entre ellas, la inversión en empresas de todas las capitalizaciones (lo que hace que tengan un gran peso en small y mid caps, a diferencia del índice), el hecho de que aprovechen las sobrereacciones a eventos macro o políticos (el gestor destaca la inversión en México tras la elección de Trump o en Brasil ahora, tras el último escándalo de corrupción), su disposición a invertir en situaciones que otros temen por motivos de gobernanza o regulatorios, o su búsqueda en todos los rincones el universo emergente, incluso en aquellos con baja o nula cobertura. Además, el fondo incluye valores fuera del índice, como empresas de mercados desarrollados ligadas a emergentes (empresas listadas en Luxemburgo pero con activos en Latinoamérica, o bancos austriacos con sus operaciones principales en Europa del Este, como ejemplos), valores de Hong Kong -aunque el índice lo clasifica como mercado desarrollado-, empresas de mercados frontera (como un mini conglomerado en Paquistán, o algunas posiciones en Argentina o Kuwait…) y valores de países que no están en los índices globales -un banco de Panamá, o algunas firmas en Arabia Saudí-. Todo ello explica su gran diferenciación con respecto al índice.
Entre las posiciones, Zamorano destaca la infraponderación de China (donde prefiere invertir en el sector de consumo, pero no en bancos) y la sobreponderación de Brasil, Rusia, México o Chile; por sectores, sobrepondera automóviles y componentes o consumo discrecional e infrapondera tecnologías de la información (por su alto precio en mercados como China, o su dependencia de un solo producto en otros como Taiwán).
Como aspecto positivo para invertir en emergentes, también destaca que estos mercados han visto salidas de flujos desde el año 2013 y que las carteras globales están infraponderadas en el activo, de forma que ve “potencial para un cambio de mentalidad”. Eso, sin contar las atractivas valoraciones, la mejora de los márgenes y los retornos de las empresas o la continuidad de la vuelta del value investing.
High yield flotantes en renta fija
En deuda, y aunque las oportunidades parecen ser más limitadas que en otros mercados como la renta variable o las carteras multiactivo, aún hay dónde mirar. James Tomlins, portfolio manager de M&G Investments, explicaba su visión sobre el segmento de high yield y también hablaba de bonos high yield flotantes, donde actualmente ve más oportunidades y una forma más defensiva de tener exposición al riesgo de crédito que el high yield tradicional.
Eso sí, el gestor advierte de las valoraciones: los diferenciales de crédito en high yield están justamente valorados pero ofrecen muy poco potencial para ganancias de capital. Con respecto a los defaults, explica que están reduciéndose de forma muy rápida pero que, porque aún hay resquicios de estrés, sus posiciones en las estrategias de high yield tradicional como flotante son defensivas.
En un repaso por los mercados, Tomlins recuerda que el high yield ha sido volátil en los últimos años, sobre todo en EE.UU., indicando que las perspectivas de retornos son más atractivas precisamente en el gigante americano, con respecto a Europa. En cuando al mercado global de bonos high yield flotantes, la dirección del movimiento es igual al del high yield convencional, pero la amplitud es menor, de forma que es una forma de acceder a los spreads de crédito con una menor beta: “Si buscas exposición a los diferenciales de crédito y a la vez preservar capital, resultan más atractivos los bonos flotantes”. A esto se une el hecho de que los movimientos de tipos al alza no tienen impacto en ese mercado; es más, los cupones se mueven en consonancia con los tipos, algo a considerar en un entorno en el que previsiblemente la Fed acometa tres subidas de tasas a lo largo del año.
En cuanto al universo y su cartera (M&G Global Floating Rate High Yield), Tomlins explica que el bajo riesgo duración y la mayoría de emisiones “senior secured” compensan y tienen más peso que el riesgo que aportan las posiciones de mayoría B desde una perspectiva de rating. En la cartera, en algunos casos en los que ven que el mercado tradicional de high yield ofrece mayor spread y potencial de ganancias por el mismo riesgo de crédito, recurren a la estrategia de invertir en el bono high yield tradicional y cubrir la duración. En el fondo, un 23% de las posiciones usa esta estrategia, frente al 43% en flotantes físicos o el 24% en CDS (por su mejor convexidad).