Cada vez un mayor número de inversores institucionales europeos está recurriendo a los fondos cotizados (ETFs). El motivo es sencillo, buscan opciones para mejorara la liquidez en sus asignaciones de renta fija, así como gestionar la volatilidad asociada a acontecimientos de mercado, como fue por ejemplo, el Brexit. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio realizado entre 132 inversores institucionales europeos y encargado por BlackRock a Greenwich Associates.
Los inversores también están recurriendo a los ETFs para obtener exposición a las clases de activos en las que ven un potencial de rentabilidad superior a lo largo de 2017, principalmente la renta variable de países desarrollados y emergentes. Además, según el citado estudio, las aseguradoras son actualmente los inversores institucionales europeos que más recurren a los fondos cotizados, desbancando a las gestoras de activos, las principales usuarias de ETFs en 2015. Hoy día, aproximadamente seis de cada diez fondos de pensiones utilizan fondos cotizados, un 40% más que el año anterior.
Según explica Fergus Slinger, corresponsable de ventas de iShares para la región EMEA en BlackRock, “la diversidad de inversores que usan ETFs es más amplia que nunca. Las instituciones están adaptando su enfoque de inversión en respuesta a la cambiante dinámica del mercado, incluidas las acciones de los bancos centrales, el aumento de la volatilidad en los mercados en torno a acontecimientos como el brexit y las elecciones estadounidenses, así como los actuales problemas en términos de liquidez en el segmento de la renta fija”.
En la opinión de este experto, los fondos cotizados son una herramienta tremendamente efectiva que permite a los inversores capear estos desafíos y les ayuda a obtener rentabilidades ajustadas al riesgo con la mayor eficiencia posible. “Esto ha conllevado un uso generalizado de los ETFs, centrado inicialmente en las carteras de renta variable, y que ha ido evolucionando hasta convertirse también en un elemento habitual en las carteras de renta fija de los inversores institucionales. En 2017 también observaremos una preferencia por los ETFs de materias primas, dado que los activos reales comienzan a beneficiarse de un mayor crecimiento y de las previsiones de reactivación económica”, afirma.
Liquidez, volatilidad y rentabilidad
Las conclusiones del informe revelan cinco motivos por los que los inversores institucionales europeos recurren cada vez más a los fondos cotizados. El primero de ellos es incrementar la liquidez, sobre todo en las asignaciones a renta fija. “En 2016, el porcentaje de inversores institucionales que utilizaron ETFs para gestionar la liquidez se situó en un 45%, frente al 36% de 2015. Probablemente, la gestión de la liquidez sea el principal catalizador para recurrir por primera vez a los fondos cotizados de renta fija. De hecho, uno de cada diez inversores institucionales prevé utilizar ETFs por primera vez en 2017”, señala el estudio. Esto se produce en un momento en el que los inversores han asistido a una caída de la liquidez en los mercados de renta fija como resultado de los requisitos de capital para las entidades bancarias impuestos por Basilea III.
En segundo lugar, otro motivo es gestionar la volatilidad asociada a los acontecimientos de mercado como, por ejemplo, el Brexit. En este sentido, el porcentaje de inversores institucionales que utilizan ETFs para la gestión de riesgo o para estrategias de cobertura se situó en un 36% en 2016, frente al 28% de 2015. Según Greenwich, este incremento responde a “la gestión del aumento de la volatilidad vinculada al Brexit y a los cambios estructurales en los mercados de renta fija tanto europeos como mundiales”.
A esto se suma, que el inversor quiere complementar y sustituir a otros vehículos de inversión, por lo que los ETFs son una alternativa. De hecho, un tercio de los inversores institucionales sustituyeron posiciones abiertas en futuros por ETFs en 2016, y todo apunta a que esta tendencia seguirá aumentando. Se prevé que la mitad de los usuarios de ETFs hagan lo mismo este año. A la cabeza de este movimiento se encuentran las gestoras de activos y las aseguradoras.
Otro de los motivos es capear un contexto de tipos de interés bajos al tiempo que se gestiona el riesgo. Según apuntan las conclusiones del estudio, ante la expectativa de que los tipos continúen en niveles bajos y que la volatilidad aumente, un 75% de los actuales usuarios de ETFs de smart beta contempla incrementar sus asignaciones a estos fondos en 2017; un porcentaje notablemente superior al 57% del año pasado. “Las gestoras de activos son las más proclives a incrementar su asignación: cuatro de cada cinco afirma tener intención de hacerlo”, estima el estudio.
El último de los motivos que señala es acceder a mercados que previsiblemente arrojarán una rentabilidad superior en 2017. El 86% de los inversores institucionales recurren a ETFs de renta variable y, de estos, un 33% prevé aumentar su asignación a esta clase de activos este año. Según explica el documento, ello responde a las expectativas de los encuestados de que la renta variable desarrollada (47%) y la emergente (29%) serán las clases de activos más rentables al cierre de 2017.