En opinión de The Boston Consulting Group (BCG), las empresas de capital riesgo están disfrutando de unas condiciones de mercado que rayan la perfección en estos momentos, pero el contexto está cambiando y deberían aprovechar esta oportunidad para pensar en su ventaja y diferenciación competitiva.
Según explica esta firma de consultoría estratégica, a escala mundial, las empresas de capital riesgo tenían el récord de 2,49 billones de dólares en activos a finales de 2016, lo que incluía cerca de 1 billón de dólares en capital no invertido. “Mientras los rendimientos del sector global siguen siendo superiores a los de otras clases de activos, sobre todo los fondos de cobertura, los fondos siguen llegando a las empresas de capital riesgo y van apareciendo nuevos competidores. Las empresas están luchando por diferenciarse unas de otras en este nuevo entorno y, además, el dinero nuevo está subiendo la oferta y cuestionando los rendimientos futuros”, afirma.
Al mismo tiempo, considera que algunos inversores siguen poniendo en tela de juicio la estructura de honorarios de las empresas tradicionales: el 2% de los activos gestionados y el 20% de las ganancias. Y, a medida que aumente el peso económico del sector del capital riesgo, las empresas se verán sometidas a un mayor escrutinio por parte de la opinión pública y, posiblemente, de los gobiernos.
Según afirma Tawfik Hammoud, senior partner de BCG, “las condiciones actuales son favorables en muchos sentidos, pero también se avecinan desafíos. Creemos que los mejores gestores lo utilizarán como una oportunidad, o un imperativo incluso, para agudizar su razonamiento, mejorar su disciplina y sobresalir en varias dimensiones de su negocio”.
Tres imperativos
Según apunta la firma en el último artículo que ha publicado sobre este tema, las empresas de capital riesgo deberían tomar tres medidas. La primera aplicarse su propio manual de estrategias operativas. En opinión de la firma, muchas empresas de capital riesgo aplican a las empresas que tienen en cartera criterios operativos mucho más estrictos que los que se aplican ellas mismas. En un mercado cada vez más poblado, este enfoque ya no funciona. En su lugar, las empresas deben mejorar sus operativas y procesos internos, primordialmente a través de la tecnología digital. “Algunas empresas están ocupadas creando nuevas funciones, como la de director digital, y son mucho más proactivas a la hora de aprovechar el impacto del mundo digital en las empresas de sus carteras”, afirma Michael Brigl, partner de BCG y coautor del artículo que ha publicado la consultora con estas ideas.
En segundo lugar apuntan el desarrollo de una auténtica estrategia de talento. Y destacan que las empresas tienen que atraer a las personas adecuadas, con un abanico más amplio de experiencia y conocimientos técnicos, sobre todo en el mundo digital. Esto es de suma importancia, dado el modo en que algunas empresas han registrado un crecimiento meteórico en los últimos años. La planificación de la sucesión y la diversidad cada vez están más presentes en la mente de los inversores y deberían estar entre las prioridades de los socios.
Por último, señala que es necesario mejorar su enfoque hacia la creación de valor. En lugar de tomar medidas solo en uno o dos ámbitos de sus empresas de cartera, las empresas de capital riesgo no deben dejar piedra por mover. Esto incluye adoptar nuevas estrategias que enfaticen lo digital, mejorar los precios, crear una oficina de gestión de proyectos activa pero reducida, acelerar la integración en los procesos de fusión y transformar o reestructurar las empresas en cartera que no cumplan con el rendimiento esperado.
“La edad de oro actual no durará para siempre. Algunas empresas de capital riesgo ya están dando los pasos necesarios hoy para prepararse ante los retos que les aguardan”, concluye The Boston Consulting Group (BCG) en su reflexión.