La pasada semana arrancó la temporada de resultados, esta vez con el sector bancario como protagonista. Sus resultados fueron alentadores, gracias al aumento de los márgenes de intermediación (rendimientos al alza y mayor inclinación de la curva), la reducción de las provisiones para insolvencias (con la subida del precio del petróleo y la mejoría macroeconómica) y las rebajas de impuestos.
Las perspectivas de NN Investment Partners para el ejercicio en curso también son positivas y los planes de liberalización y reducción de impuestos que se barruntan en Estados Unidos están alimentando este optimismo. “Las perspectivas de beneficios para 2017 son positivas y los sondeos a analistas fundamentales apuntan a un incremento del 12% de los beneficios, con una subida de los ingresos del 6%”, escriben los especialistas de la firma en su último informe de mercado.
En este sentido, la gestora cree que hay dos sectores clave: los servicios financieros y el sector de la energía. Esto supone que la tendencia de los rendimientos de la deuda y los precios del petróleo serán variables importantes para las perspectivas de crecimiento de los beneficios en Estados Unidos.
Para NN IP, la dinámica de los beneficios empresariales ha seguido mejorando en todo el mundo. Su crecimiento de consenso estimado se cifra en el 12% este año en la zona euro y Estados Unidos, y en un porcentaje aún mayor en el caso de las empresas japonesas. Se trata de estimaciones realistas que, incluso, podrían revisarse al alza dependiendo de los tipos de interés, los precios del crudo y la fortaleza de la economía. En la zona euro y Japón, el efecto de los tipos de cambio también es importante, recuerda.
La introducción de un nuevo marco fiscal en EE. UU. podría llevar tiempo
Un factor importante para las bolsas será el nuevo marco fiscal en Estados Unidos y cuándo se instaurará. Podría tardar más de lo que se espera, a causa de la exigua mayoría de la que el partido republicano disfruta en el Senado (52 a 48) y de las muy diferentes repercusiones que el sentido del voto de los senadores republicanos de los estados más afectados tendría para las empresas.
“El entorno actual de datos económicos y beneficios empresariales sólidos y una escena política con más ruido que nueces parecen justificar la visión ponderada que el mercado está adoptando sobre el riesgo asociado a los acontecimientos por venir. La situación podría cambiar fácilmente y dar paso a un nuevo orden mundial caracterizado por políticas económicas y de seguridad aislacionistas y un diálogo hostil entre los líderes de los países más poderosos del mundo. Sin embargo, por ahora nos ceñimos a lo que sabemos y al rumbo que nos señalan una economía fuerte y unos inversores con amplias reservas de liquidez: seguir apostando por los activos de riesgo”, concluye.