El año también llega pronto a su fin en el calendario chino (el año del mono de fuego). Ann-Katrin Petersen, vice presidente y analista en la división de Global Capital Markets & Thematic Research de Allianz Global Investors, cree que podría decirse que se ha cumplido la predicción de que sería un año lleno de cambios cuyas repercusiones se dejarían sentir en los próximos años.
Los acontecimientos políticos imprevistos, como el referéndum sobre el Brexit y los resultados de las elecciones presidenciales estadounidenses, provocaron agitación en los mercados de capitales, si bien ninguna de estas noticias causó trastornos graves y duraderos en los mercados.
¿Volverán a cobrar ahora una mayor importancia los factores fundamentales?, se pregunta Ann-Katrin, con respecto a la (geo)política, la economía global y la política monetaria.
Para empezar, el nuevo año también promete caracterizarse por un importante predominio de la política. En Estados Unidos, el presidente electo, Donald J. Trump asumirá el cargo el 20 de enero de 2017. Hasta ahora, no está claro cuáles de sus promesas electorales será capaz de llevar a efecto Trump.
En Europa, los neerlandeses, los franceses y los alemanes acudirán a las urnas (y puede que también los italianos), mientras que en primavera está previsto que comiencen las negociaciones sobre el brexit.
Los temores acerca del auge de los partidos populistas podrían hacer que los políticos se dediquen más a regalar los oídos a los votantes y no tanto a aplicar reformas estructurales en este “gran año electoral”.
Sin embargo, la economía global ha resistido bastante bien frente a los últimos acontecimientos imprevistos. Prácticamente en todas las regiones importantes, la economía evoluciona positivamente o al menos se ha estabilizado.
Esto, junto con una estabilización de los precios de las materias primas, hace prever que los precios seguirán incrementándose a lo largo de los próximos meses, de modo que los indicios parecen apuntar, de momento, a una reflación en vez de a una deflación.
Sin embargo, apunta Peterson, a diferencia de lo que sucede en Estados Unidos, la inflación de la Zona Euro yJapón probablemente será muy inferior al objetivo fijado por los bancos centrales. Por consiguiente, la divergencia de política monetaria en uno y otro continente sigue siendo una cuestión fundamental para los inversores. En general, la política monetaria expansiva sigue vigente a escala global. Sin embargo, a medida que las tasas de inflación vuelven a la normalidad, cada vez hay más indicios de que la liquidez de los bancos centrales podría alcanzar su nivel máximo en un futuro próximo, posiblemente a principios de 2018.
¿Qué esperar para los mercados financieros?
Los mercados de acciones se ven respaldados actualmente por la cuestión de la reflación. Sin embargo, el “gran año electoral” 2017 podría deparar algunas sorpresas y una volatilidad ocasional en los mercados financieros, aunque los inversores parecen haberse acostumbrado a lo imprevisto.
Con la expectativa de subida de la inflación y la probabilidad de que los bancos centrales no adopten nuevas medidas expansivas, va a persistir la presión alcista sobre los rendimientos de los mercados de renta fija, especialmente en EE. UU. Por el momento, dadas las diferencias en la política monetaria, la fortaleza del dólar debería continuar.
“En un contexto de menor ritmo de crecimiento, el alfa seguirá marcando la pauta. Una cosa es segura: 2017 será otro año apasionante. Qué bien que el año del calendario chino que comienza el 28 de enero sea el Año del Gallo de Fuego, porque los gallos, con su fuerte carácter, mantienen la cabeza fría incluso en las situaciones imprevistas”, finaliza Petersen.