Las implicaciones de la presidencia de Trump en materia de política económica son muy inciertas. La opinión de consenso en el mercado es que se ceñirá a sus promesas más convencionales, a saber, estímulos presupuestarios y rebajas de impuestos, y se abstendrá de introducir políticas proteccionistas.
A Fidelity esta le parece una visión optimista, si tenemos en cuenta una campaña que prometió empleo a los descontentos obreros de la industria, y deja las perspectivas para el crecimiento y las bolsas pendientes de lo que se ponga en marcha. Es la razón de que la firma haya decidido por ahora, seguir siendo neutrales en renta variable.
“El panorama de la inflación se ha aclarado, dado que cualquier combinación de políticas que ponga en marcha Trump probablemente tire al alza de los precios. Eso tiene consecuencias negativas para los bonos y para los fondos inmobiliarios cotizados, que son sensibles a la evolución de los rendimientos, y en los que seguimos fuertemente infraponderados”, escriben los expertos de la fima en el último análisis.
Panorama económico: Recalentamiento
Las lecturas de crecimiento e inflación de la gestora subieron ligeramente durante el mes, lo que deja al Reloj de la Inversión firmemente anclado en la fase de recalentamiento. “El indicador adelantado de crecimiento apenas sufrió variaciones, pero la fortaleza relativa mejoró y compensó en parte el deterioro de los indicadores tendenciales. El aumento de la lectura de inflación se produjo por la mejora del indicador adelantado, con Japón a la cabeza”, explican.
Posicionamiento
Esta fase de recalentamiento del reloj suele favorecer a las materias primas frente al resto de inversiones, de ahí que sigan siendo la clase de activos preferida de la firma.
“Mantenemos nuestra infraponderación en renta fija y fondos inmobiliarios cotizados, por la presión alcista sobre los rendimientos de los bonos derivada de los rendimientos reales y las expectativas de inflación”, cuentan.
Dentro de las regiones bursátiles, Fidelity se decanta por Reino Unido frente al resto de Europa, y Australia frente a Hong Kong. En las divisas, sigue manteniendo una visión negativa sobre la libra esterlina y prefiere la corona noruega al dólar canadiense. Por sectores bursátiles, la favorita es energía frente a materiales y consumo discrecional.
“Los movimientos del mercado desde las elecciones estadounidenses sugieren un consenso optimista sobre lo que traerá consigo la presidencia de Trump. Las expectativas de crecimiento han aumentado más que las de inflación y la renta variable ha registrado fuertes avances”, concluyen.