El referéndum constitucional italiano ha llevado de nuevo la inestabilidad política al país y tras la dimisión de Matteo Renzi se abren diversos frentes de incertidumbre para los mercados. En primera línea se sitúa el sector bancario.
Banca Monte dei Paschi di Siena busca desesperadamente 5.000 millones de euros con los que aumentar su capital para cumplir con los requisitos impuestos por el BCE o tendrá que empezar a pensar en la intervención estatal. Una opción que sus ejecutivos ya contemplan si fallan la inyección de efectivo de los principales inversores o la venta de acciones, según Bloomberg.
Sin embargo, los expertos coinciden en que la situación política que queda tras la consulta del domingo está ahuyentando a los inversores. Por eso, los máximos responsables de la tercera entidad financiera de Italia habrían empezado a trabajar ya con el gobierno en una recapitalización preventiva que podría ser aprobada a principios de la próxima semana si el plan de financiación privada falla, explica Bloomberg en su nota.
El plan se ajustaría a las reglas de la Unión Europa sobre cargas compartidas, según las cuales los bancos con problemas pueden recibir inyecciones de capital si trasladan parte de las pérdidas a los accionistas y tenedores de bonos.