En su última carta mensual, Bill Gross mencionó que el presidente electo, Donald Trump, será un presidente de un sólo mandato, comentando que estará en el poder durante sólo cuatro años, pero que estos probablemente serán dañinos para los votantes desempleados y de bajos salarios.
El gurú de los bonos cree que a pesar de que Trump prometió empleos y volver a hacer grande a América, sus políticas de mayor gasto en defensa e infraestructura, combinadas con impuestos corporativos más bajos, para vigorizar al sector privado, «continúan favoreciendo al capital antes que a los empleados, a los mercados antes que a los salarios, siendo una extensión del status quo». Gross también menciona que el plan de Trump de repatriar las ganancias corporativas a los Estados Unidos para impulsar el gasto en infraestructura muy dudablemente tendría éxito, sino más bien favorecerá a los dividendos, los bonos en las empresas y las recompras de acciones.
Sin embargo, no cree que un gobierno dirigido por Hillary Clinton podría haber sido mucho mejor a este respecto. Gross no votó por ninguno de los dos «dado que tanto los demócratas pro Clinton como casi todos los republicanos representan el status quo corporativo que favorece a los mercados frente a los salarios, a Wall Street frente a Main Street».
En su opinión, hay mejores soluciones que los que presentaron en la plataforma electoral cualquiera de los dos partidos, como las utilizadas por Franklin D. Roosevelt o John F Kennedy, plataformas «que ponen a la gente a trabajar ayudando a otras personas». Según él, el gobierno debe intervenir, no mediante la reducción de los impuestos, lo que sólo aumentará las ganancias a expensas del trabajo, sino siendo el empleador de última instancia, en lo que espera sea de una manera productiva.
Por lo tanto, advierte que «a menos que la participación del trabajador en el PIB invierta su tendencia a la baja y la participación del capital llegue a su punto máximo, los populistas de todo el mundo rechazarán a los partidos establecidos en la mayoría de las elecciones futuras, impulsando en algunos casos políticas de crecimiento negativas y relacionadas con el comercio, la inmigración y en el caso de Trump, menores impuestos que pueden reducir el crecimiento del PIB, no aumentarlo«.
Para concluir, Gross advierte que los inversores deben conducir con precaución, entendiendo que los mayores déficits, resultantes de los menores impuestos aumentan las tasas de interés y la inflación, lo que a su vez, tiene el potencial de reducir las ganancias corporativas y el ratio precio/beneficio. «No habrá un nuevo mercado alcista con Trump en un principio. Deben estar satisfechos con un 3-5% de rentabilidad globalmente diversificada«, comentó antes de advertir que la carrera del populismo apenas ha empezado.