En toda América Latina, la deuda corporativa sufre un ambiente desigual, se espera que esta tendencia continúe para el resto del 2016 dada la información obtenida en los reportes de los principales indicadores de crédito elaborados por Fitch Ratings.
“2016 ha demostrado ser un año desafiante para la deuda latinoamericana”, comentó Jay Djemal, director. “La recesión en Brasil se ha prolongado, mientras que la reforma fiscal en Colombia y Chile ha decelerado el crecimiento económico. El crecimiento del PIB en México corre el riesgo de verse impactado por las propuestas de la nueva administración de Estados Unidos. Las recientes elecciones en Perú y las reformas llevadas a cabo por el presidente Macri en Argentina son puntos positivos en términos de cambios en las propuestas de política económica, se espera que éstas estimulen sus economías”.
En Argentina, el 83% de la cartera de deuda corporativa argentina de Fitch Ratings ha sido asignada una perspectiva estable, un 9% tiene una perspectiva negativa, y el resto está calificada como ‘CCC’ o con un rating menor, o no tiene una perspectiva asignada.
En torno a un 65% de la calificación de la deuda brasileña corporativa de la cartera internacional de Fitch Ratings ha sido asignada una perspectiva negativa, mientras que el 2% tiene una perspectiva positiva. Un 42% de las perspectivas negativas se debieron a la perspectiva negativa del rating de la deuda soberana en Brasil.
Para la cartera chilena de Fitch, las perspectivas negativas superan a las positivas de 10 a 3. Fitch espera que el esfuerzo de las empresas por fortalecer sus estados financieros limite nuevas acciones negativas en sus ratings.
En la actualidad, el 50% de las empresas colombianas con calificación internacional tienen perspectivas negativas y un 42% de ellas tienen una perspectiva estable. El ratio de rebajas en la calificación se ha incrementado a 2 veces en agosto de 2016, desde un ratio de 1,5 veces en 2015.
Dentro del rating de la deuda corporativa mexicana evaluada por Fitch Ratings, un 80% tiene una perspectiva estable, un 6% es positiva y un 14% es negativa. Dentro de los que tienen una perspectiva negativa, un 60% tienen relación con fusiones y adquisiciones, y aproximadamente un 60% de las rebajas de 2016 están asociadas a las presiones de liquidez y operativas, en su mayoría, relacionadas con sectores de materias primas.
El 60% de la cartera de deuda corporativa peruana de Fitch Ratings tiene grado de inversión con perspectiva negativa. Tres de siete de las perspectivas fueron revisadas de estable a negativas en octubre de 2016, pero un 21% de la deuda corporativa peruana mantiene una perspectiva negativa.