En los últimos meses, la renta variable global se ha movido en sentido más o menos lateral. Desde finales de agosto, el movimiento, medido en euros, del índice MSCI World apenas ha sido perceptible. Con todo, esta aparente estabilidad oculta algunas interesantes tendencias subyacentes, cree el equipo de NN Investment Partners.
“Algunas llevan ya tiempo entre nosotros, como la superior rentabilidad relativa de la renta variable de mercados emergentes en comparación con la de mercados desarrollados, mientras que otras tendencias son más recientes”, dicen.
El giro desde los sectores defensivos y los denominados “sucedáneos de deuda” (acciones que presentan características propias de los valores de deuda, como unos beneficios predecibles y unos dividendos relativamente altos y estables) hacia los sectores cíclicos comenzó en verano tras el voto sorpresa a favor del Brexit, lo que elevó las esperanzas entre los inversores de que haya un mejor equilibrio entre política monetaria y política fiscal. El sector financiero tocó fondo al mismo tiempo, aunque el repunte ha sido más tímido debido a los problemas que encierra la propia idiosincrasia del sector bancario de la zona euro, explican en su análisis semanal los gestores de la firma.
“A nuestro juicio, los factores impulsores en esas fechas siguen presentes y son lo bastante vigorosos como para seguir acrecentando la superior rentabilidad relativa de los sectores cíclicos. La mayoría de datos económicos publicados han superado las previsiones en las últimas semanas, sobre todo en las economías desarrolladas, y nuestro indicador propio del ciclo global, que mide la dinámica de crecimiento (momentum) de los datos de confianza, ha vuelto a niveles positivos tras un corto período en zona negativa. Además, los rendimientos de la deuda han aumentado nuevamente y la curva de rendimientos estadounidense está más inclinada. Se trata éste de un importante factor explicativo de la superior rentabilidad relativa del sector financiero”, escriben en su análisis.
Para NN IP, la mejora de los datos macroeconómicos, las condiciones provisionalmente más restrictivas de la política monetaria, la subida de los precios de las materias primas y la mayor probabilidad de incremento del gasto público pueden alimentar aún más esta tendencia.
Los mayores precios de las materias primas juegan a favor
Los precios de las materias primas desempeñan un importante papel. El encarecimiento del petróleo repercute positivamente en la rentabilidad relativa de los sectores de energía y materiales. A este respecto, el acuerdo de la OPEP para congelar la producción debería favorecer a los sectores cíclicos.
“Evidentemente, aún es necesario que el recorte de producción se traduzca en una cuota para cada país y que sea confirmado durante la próxima reunión en noviembre. Téngase presente que unos mayores precios del petróleo también implican un crecimiento más alto de los beneficios globales, menos riesgo de impagos en el sector del petróleo de esquito de EE.UU. y unas mejores perspectivas para los pagos de dividendos en el sector. El aumento de los precios de las materias primas no sólo tiene una incidencia directa en la rentabilidad de los sectores de materias primas, sino que también puede afectar a las expectativas de inflación y, por ende, hacerles indirectamente la vida más fácil a los bancos centrales”, concluye NN IP.