En la última edición de EMEA Perspectives, Borja Astarloa, responsable de inversiones de J.P. Morgan Banca Privada, analizó las tendencias que interesarán a los inversores más pacientes. Astarloa cree que, «aunque la incertidumbre que rodea al Brexit está aumentando, la preocupación sobre el sistema bancario europeo y el riesgo de quiebra de un gran banco podría desencadenar una crisis financiera general, son los datos económicos de los próximos seis a nueve meses los que determinarán el pleno efecto de los recientes acontecimientos”.
“Afortunadamente, los principales bancos centrales siguen proporcionando apoyo con sus políticas monetarias expansivas y la probabilidad de una subida de tipos significativa en el futuro cercano sigue siendo baja”, afirma.
Los análisis de J.P. Morgan Banca Privada muestran que, aunque existen áreas de crecimiento, el impacto del Brexit ha provocado rebajas adicionales de las expectativas de consenso en anticipo de una reducción en el crecimiento de los ingresos y beneficios empresariales. Por otro lado, en este entorno de revisión a la baja de las expectativas, las publicaciones de resultados este año están siendo generalmente positivas para las compañías europeas.
Sin embargo, los expertos siguen aconsejando cautela, ya que aún no se ha hecho sentir el impacto total del Brexit. “Las inciertas perspectivas no deberían distraer a los inversores a la hora de buscar exposición a tendencias perdurables en los mercados, así como compañías que puedan ofrecer crecimientos constantes,” añade Astarloa.
“En una época de mayor incertidumbre, la exposición a compañías de gran tamaño con diversificación geográfica puede ayudar a compensar los riesgos a nivel regional.” “Aunque los mercados suelen funcionar como mecanismos de descuento efectivos, creemos que, en este caso, podrían haber reaccionado de forma exagerada tras el referéndum.”, asegura Astarloa.
Por ejemplo, la suspensión de los reembolsos en ciertos fondos de activos inmobiliarios ha precipitado una toma de beneficios general en el sector inmobiliario británico incluyendo a empresas de construcción de viviendas y compañías dedicadas a la gestión de este tipo de activos. Esta situación podría ofrecer una oportunidad de inversión para inversores con horizontes a medio o largo plazo al ser muy probable que estos valores ya hayan descontado con creces la incertidumbre económica.