El negocio de las EAFIs en España va viento en popa. Las cifras demuestran que cada año que pasa crece el patrimonio que asesoran, el número de clientes y sus ingresos. Si hace unos años se hablaba de experimentos de autoempleo con limitados resultados, la realidad hoy día es la de empresas con sólidos resultados.
Eso sí, no es oro todo lo que reluce. El sector está muy disperso y, a pesar de estar registradas en España 163 EAFIs, las 15 que más facturan (por encima de los 600.000 euros) se llevan el 86,5% de los beneficios. Por el contrario, las 24 empresas que han facturado menos de 40.000 euros, han registrado unas pérdidas acumuladas cercanas a los 340.000 euros.
En 2015 el patrimonio asesorado ha crecido un 18,6% mientras que la facturación ha aumentado más de un 16% respecto al año anterior. “El sector está creciendo, pero nos estamos dispersando mucho, ahora es más difícil buscar la EAFI media”, explica Albert Ricart, autor del “Estudio de las Empresas de Asesoramiento Financiero en España” presentado en el Consejo General de Economistas.
Las EAFIs siguen denunciando el intrusismo profesional que sufren por parte, entre otros, de los agentes financieros que, al mismo tiempo que asesoran ejecutan órdenes para sus clientes. “Aquí tenemos un problema. Hay unos que estamos muy regulados y otros que pueden emitir recomendaciones sin estarlo”, señala Ricart.
Las bajas que en 2015 se han producido por falta de actividad se atribuyen, según este estudio, a los requerimientos normativos que se exigen y a la prohibición de tener comercializadores o agentes como el resto de las empresas de servicios de inversión. En opinión del autor, “esto sería la forma de dar alas al sector porque ahora sólo pueden crecer las grandes, las que tienen recursos para contratar empleados y captar clientes”. «Sería, además, una forma de que los intrusos puedan regularizarse”, añade.
Tras siete años de vida, y en un entorno de gran incertidumbre en los mercados, el sector plantea otras demandas como el hecho de que los test de idoneidad que deben realizar a sus clientes para determinar su perfil inversor se estandaricen.“Si el cliente hace varios test en diferentes entidades tendrá diferentes perfiles de inversión y eso no contribuye a protegerle. Deberíamos ir hacia un test estándar”, plantea Ricart. Además, se plantea que los honorarios que las EAFIs cobran a las personas físicas sean deducibles fiscalmente, como lo son en el caso de las personas jurídicas.