Según una encuesta internacional a asesores financieros que publica Natixis Global Asset Management, al menos el 55% de los asesores españoles (el 68% en todo el mundo) considera que los inversores tienen una falsa sensación de seguridad con las inversiones pasivas y el 67% de ellos (el 66% en todo el mundo) cree que los inversores podrían no ser plenamente conscientes de los riesgos derivados de un exceso de dependencia de las inversiones pasivas.
Natixis encuestó a 2.550 asesores financieros en todo el mundo (150 en España), entre ellos asesores financieros registrados, gestores de patrimonios, agentes de bolsa independientes y asesores en sociedades de valores y bolsa. El estudio reveló que las consideraciones relativas a los costes y las presiones normativas pueden llevar a los asesores a hacer un mayor uso de las inversiones pasivas. Actualmente, los asesores españoles tienen el 41% de sus carteras invertidas en productos pasivos, porcentaje que prevén aumentar hasta el 44,8% durante los próximos tres años.
Aunque el 82% de los asesores en todo el mundo (el 78% en España) cree que la gestión activa tiene un papel importante que desempeñar en las carteras, especialmente cuando la volatilidad hace mella en los mercados, también expresaron su preocupación por el hecho de que gran parte de la transición desde las inversiones activas hacia las pasivas podría estar motivada no por las ventajas que ofrecen, sino simplemente porque son más baratas. Sin embargo, los asesores de todo el mundo coinciden en que la inversiones activas baten a las pasivas en aspectos como la generación de alfa, las rentabilidades ajustadas al riesgo, el aprovechamiento oportunista de los movimientos del mercado a corto plazo, el acceso a inversiones alternativas y la exposición a clases de activos descorrelacionadas.
La encuesta también reveló que, para el 83% de los asesores españoles (el 85% en todo el mundo), es importante disponer de una imagen más precisa de la tolerancia al riesgo de sus clientes.
Con motivo de la presentación del estudio, Sophie del Campo, directora general para Iberia y Latinoamérica y responsable del área US Offshore de Natixis Global AM, señaló: «La inversión comienza con la comprensión del riesgo, por lo que es especialmente preocupante que tantos inversores parezcan desconocer los riesgos inherentes a sus carteras y tiendan a recurrir en exceso a las inversiones pasivas por su bajo coste. Aunque la inversión pasiva tiene su hueco dentro de las carteras, es imprescindible que los inversores entiendan cómo las inversiones activas pueden ayudarles a mantener el rumbo en unos mercados muy volátiles y complejos y a configurar carteras más diversificadas y robustas a largo plazo. Por eso el papel de los asesores es más importante que nunca».
El desafío real es gestionar la reacción de los inversores ante los mercados y la volatilidad
La mayoría de los asesores españoles afirma que gestionar la volatilidad es el mayor reto para el crecimiento de su negocio, seguido del entorno de bajos rendimientos que impera en los mercados desde 2008. Nueve de cada diez (90%) asesores españoles creen que la volatilidad de los mercados seguirá siendo elevada durante un futuro próximo tras la decisión del Reino Unido de abandonar la UE (78% en todo el mundo). Sin embargo, bajo esta afirmación subyace la idea de que no son los mercados y la volatilidad lo que más preocupa a los asesores, sino cómo reaccionan los clientes ante la volatilidad. Según el estudio, el 78% de los asesores españoles (el 71% en todo el mundo) asegura que gestionar las emociones de los clientes se ha convertido ahora en un reto mayor para los profesionales financieros tras el Brexit, mientras que el 71% (43% en todo el mundo) cree que el Brexit contribuirá al auge de candidatos políticos populistas en su país.
En este escenario, el 92% de los asesores señala que un factor clave para su éxito es la capacidad para demostrar lo que vale su trabajo más allá de la asignación de activos y unas conversaciones con los inversores que principalmente giran en torno a la evolución de las inversiones. Ello podría deberse a que los progresos de los clientes hacia sus objetivos pueden verse entorpecidos fácilmente por lo que los asesores califican como los tres mayores errores que los inversores tienden a seguir cometiendo: dejar que la emociones determinen las decisiones de inversión (75%), definir expectativas de rentabilidad poco realistas (49%) y centrarse demasiado en los movimientos a corto plazo de los mercados (55%). De ahí la importancia de que los inversores obtengan un asesoramiento profesional adecuado que les ayude a evitar esos errores y a crear carteras más duraderas.
Sophie del Campo lo explica: «En un entorno dominado por la volatilidad y los bajos rendimientos, los asesores tienen ante sí retos y oportunidades. Para superar los primeros y aprovechar las segundas, los asesores necesitan demostrar el valor de su trabajo más allá del diseño de la cartera y ofrecer perspectivas que ayuden a los clientes a centrarse en sus objetivos financieros, en lugar de tomar decisiones de inversión emocionales ancladas en un horizonte a corto plazo».
Los asesores financieros apuntan que los clientes están solicitando una gama más amplia de servicios para alcanzar esos objetivos. Gestión de la volatilidad (63%) y estrategias de inversión fiscalmente ventajosas (39%) son lo que los clientes españoles más han consultado/demandado durante los últimos doce meses.
Retos a la vista: presiones normativas, asesores automatizados y millenials
Muchos asesores están pensando en cambiar sus modelos de negocio y sus estructuras de comisiones a la vista de las presiones normativas. Ya sea la Retail Distribution Review del Reino Unido, la CRM2 canadiense, las directivas MiFID I y II europeas o legislaciones similares en Australia, Alemania y Singapur, los objetivos son claros: hacer la remuneración del asesor más transparente y garantizar que la industria antepone los intereses del cliente. Sin embargo, adaptarse a la nueva normativa conlleva importantes retos para el crecimiento del negocio de asesoramiento, y España no es una excepción. A este respecto, la encuesta ha puesto de relieve que los asesores españoles esperan que el refuerzo de la legislación limite el acceso al asesoramiento para los clientes de rentas medias y bajas (78%) y aumente el coste para los clientes en general (76%).
Creen que los requisitos normativos restringirán el asesoramiento financiero para los clientes de rentas medias y bajas (81%). También sienten presión para cambiar su modelo de negocio y que este siga siendo sostenible (58%, frente al 48% en todo el mundo).
Casi tres de cada diez asesores españoles (28%) esperan perder contacto con determinados clientes con posiciones globales más pequeñas durante los próximos tres años, frente al 42% en todo el mundo.
Sobre los robo advisors, los asesores financieros creen que la posible brecha de asesoramiento, especialmente entre los inversores más jóvenes y de rentas medias-bajas, puede afrontarse en parte con los nuevos modelos de negocio que posibilita la tecnología o con plataformas de asesoramiento automatizadas, también conocidas como roboadvisors. De hecho, el 64% de los asesores españoles cree que una plataforma de asesoramiento automatizada para los clientes podría ser una forma de mejorar la eficiencia de su propio negocio. Es más, uno de cada cuatro asesores españoles (23%, frente al 13% en todo el mundo) asegura que planea incorporar un servicio de asesoramiento automatizado para clientes durante los próximos tres años y el 44% (frente a tan solo el 22% en todo el mundo) considera que el asesoramiento automatizado es el futuro del asesoramiento financiero.
Según Sophie del Campo, «los asesores son conscientes de que sus modelos probablemente van a cambiar de forma considerable; en este sentido, los que se nieguen a adaptarse terminarán desapareciendo, pero los que permanezcan contarán con un modelo de negocio en el que los clientes, y no los productos, serán los protagonistas. Para triunfar en este entorno, los asesores de todo el mundo necesitan educar, comunicar y dar poder a sus clientes».
Millennials y jubilación
Adaptarse a las nuevas generaciones sin dejar de ayudar a los clientes a centrarse en su futuro (en otras palabras, su jubilación) son también retos importantes a los que se enfrentan los asesores españoles. A la hora de entablar relaciones con las nuevas generaciones de clientes, únicamente el 34% de los asesores de todo el mundo considera que tener un nicho de especialización (como los millenials) es una parte importante de su éxito, mientras que la mitad (50%) de los asesores españoles lo considera importante.
En cuanto a la jubilación, preservar el capital después de las pérdidas de valor (63% en España, frente a tan solo el 28% en todo el mundo) es el mayor reto al que se enfrentan los asesores españoles a la hora de crear carteras de rentas para la jubilación. A continuación, figuran generar suficientes rentas para costear los objetivos personales más allá de las necesidades básicas (55%) y una renta estable (45%).