Las expectativas de inflación de Reino Unido se han disparado desde que el país votó en junio su salida de la Unión Europea, dicen los expertos de Legg Mason. La caída de la libra en un 12,5% frente al dólar estadounidense desde el referéndum está aumentando el precio de las importaciones, dirigiendo a algunos inversores hacia valores protegidos contra la inflación.
Por otro lado, explica la firma, el índice de precios de consumo del Reino Unido subió un 0,6% en julio, comparado con el mismo mes del año anterior, marcando su mayor incremento mensual desde noviembre de 2014. En su opinión este salto ha empujado los bonos vinculados a la inflación del Reino Unido, conocidos como linkers, que la semana previa al 18 de agosto ganaron un 3%, situando su retorno mensual en un 8,2%, en ambos casos, el rendimiento superior entre un grupo seleccionado de 32 clases de activos de renta fija.
En Estados Unidos, la gestora ve una situación muy diferente con expectativas de inflación que una vez más se mantuvieron moderadas, sujetas por la debilidad de los datos: el IPC de Estados Unidos se mantuvo plano en julio, después de cuatro meses de incrementos. La inflación subyacente de Estados Unidos, que excluye los precios de la energía y los alimentos más volátiles, aumentó solo un 0,1% en julio, por debajo de las expectativas del 0,2%. “Algunos economistas atribuyen la persistente baja inflación de Estados Unidos a razones estructurales, como los bajos salarios”, concluyen.
Fuente: Bloomberg 17 de agosto 2016