Tal y como se esperaba, el Banco de Inglaterra votó unánimemente el jueves a favor de recortar los tipos de interés -por primera vez desde 2009- un cuarto de punto hasta el 0,25%. Sin embargo, la entidad también ha anunciado medidas adicionales, como una ampliación del programa de relajación cuantitativa (con compras de bonos corporativos) y una nueva línea de liquidez para los bancos (Term Funding Scheme).
Los gestores de fondos de renta fija británica de Fidelity, Ian Spreadbury y Sajiv Vaid, contestan en esta entrevista a cinco preguntas clave:
¿Cuáles serán los efectos a largo plazo?
Las perspectivas de la economía británica se han deteriorado de forma acusada, pero lo cierto es que tenía que pasar algo de tiempo para que la magnitud de la situación británica pudiera asimilarse. El Banco de Inglaterra había manifestado su disposición a poner en marcha medidas de apoyo y se enfrentaba a crecientes presiones de los mercados para recortar los tipos de interés y aplicar más estímulos monetarios. Podría afirmarse que la decisión ha marcado el nacimiento del «lo que sea necesario» de Mario Draghi en versión Mark Carney (gobernador del banco de Inglaterra).
¿Veremos tipos negativos en el Reino Unido?
Es improbable en estos momentos, pero en nuestra opinión es totalmente posible a más largo plazo. El gran interrogante que se plantea es si los tipos negativos realmente son una estrategia que funciona. También se podrían tomar medidas de relajación cuantitativa más contundentes en el futuro, medidas que, naturalmente, podrían adoptar muchas formas. Sin embargo, en el caso de que los estímulos monetarios fracasen, una mejor opción para estimular la economía sería que el Banco de Inglaterra se embarcara en un programa de estímulos presupuestarios. No obstante, todavía es demasiado pronto para empezar a hablar de helicópteros arrojando billetes y demás.
¿Funcionará este programa?
La teoría de los tipos de interés bajos dice que éstos o bien tiran a la baja de la moneda y sostienen la economía o bien estimulan el crédito e impulsan el PIB. Aunque en el Reino Unido ha funcionado hasta cierto punto, el problema de la primera opción es que en el cómputo global es un juego de suma cero. No todo el mundo puede hacer que caiga su moneda.
En cuanto a la segunda opción, animar a la gente a pedir créditos cuando la relación entre la deuda mundial y el PIB está ya en máximos históricos tiene pocas probabilidades de éxito. Si alguien va a jubilarse en los próximos 5-10 años, va a necesitar un capital mucho mayor para conseguir la misma renta después de que los tipos de interés hayan caído hasta un nivel tan bajo. A medida que los tipos de interés van cayendo más y más, existe la posibilidad real de que la gente diga «necesito ahorrar más» y, hasta cierto punto, los tipos bajos podrían tener el efecto contrario al deseado.
¿Cuánto tiempo se extenderán las compras?
Las compras de bonos corporativos representarán alrededor del 10% del volumen de títulos en circulación admisibles. Un aspecto crucial es que la entidad ha señalado que las compras de bonos se extenderán durante 18 meses, mientras que las compras de deuda pública durarán seis meses, lo que supone reconocer el impacto que tendrán en la liquidez. Aunque está lejos de las compras de bonos corporativos del BCE, creemos que ayudará a mantener abiertos los mercados de deuda corporativa en libras esterlinas y podríamos ver un repunte del volumen de emisiones desde los bajos niveles actuales. El Term Funding Scheme, diseñado para conseguir que los bancos sigan prestando, debería ayudar a mitigar en parte el efecto del recorte de los tipos de interés sobre sus márgenes de intermediación.
¿Qué más podría hacer el Banco de Inglaterra?
Claramente, el Banco de Inglaterra ha actuado con más contundencia de lo esperado a la vista de la considerable reducción de sus perspectivas de crecimiento y la posibilidad de aplicar estímulos en todos los frentes. Aunque podría parecer que el organismo está quedándose sin margen de maniobra, lo cierto es que el Banco de Japón y el Banco Central Europeo han demostrado este año que cualquier cosa es posible en el plano de la política monetaria.
¿Qué estrategia de inversión han adoptado?
Esta bajada de tipos ha servido para reforzar el escenario de crecimiento lento, inflación baja y riesgo sistémico elevado que mantenía el equipo de Fidelity. Nuestra intención es seguir centrados, como venimos haciendo desde hace tiempo, en nuestras posiciones de alta convicción en deuda corporativa (con un sesgo hacia las áreas no cíclicas), en los bonos de titulización garantizados y en tener un buen colchón de liquidez como contrapeso en un mercado cada vez más incierto y volátil. Estamos completamente seguros de que el Banco de Inglaterra mantendrá su postura expansiva y las probabilidades de que se apliquen nuevos recortes de los tipos de interés y medidas cuantitativas constituyen un factor muy positivo para la inversión en renta fija.