Este jueves, los republicanos en Estados Unidos llegaron a un acuerdo con la administración de Obama para ayudar a Puerto Rico con la reestructuración de 70.000 millones de dólares en deuda.
La isla, donde cerca del 45% de los 3,5 millones de habitantes sufren una situación de pobreza, ya ha incumplido algunos de sus pagos. Mientras tanto, el proyecto de ley, conocido formalmente como el acto de Supervisión, Administración y Ley de Estabilidad Económica de Puerto Rico (PROMESA por sus siglas en inglés), tiene como objetivo devolver la solvencia a la isla, la reconstrucción de una base para el crecimiento económico, y mantener su capacidad de acceder a los mercados de capitales en el futuro.
PROMESA otorga a Puerto Rico una salida legal similar a la bancarrota -a la que al ser un territorio y no municipalidad estadounidense no puede acceder-, pero sin comprometer recursos federales, condición clave para conseguir el apoyo de los conservadores.
El secretario del Tesoro de EE.UU., Jack Lew, dijo el jueves que estaba satisfecho por el proyecto de ley que incluye «herramientas de reestructuración integrales y viables para Puerto Rico», pero expresó su decepción de que las propuestas para promover el crecimiento económico se quedaron fuera del compromiso bipartidista.