Mientras la creciente presión estadounidense sobre Suiza y otras jurisdicciones está provocando un enorme flujo de dinero en efectivo desde el mundo offshore hacia los Estados Unidos, islas como Barbados buscan mantener su status como importantes centros offshore.
Las iniciativas internacionales; más y más competencia; la consolidación de diversos sectores financieros en pocas manos; los cambios en los perfiles demográficos de los clientes; los requisitos de los mercados emergentes; el estancamiento del mercado y, por supuesto, la crisis financiera que estalló hace sólo unos pocos años son algunos de los responsables de que los altos patrimonios busquen más allá de sus fronteras opciones para administrar sus recursos.
En el IFC World 2016, -la primera edición de un anuario sobre el mundo offshore publicado por ClearView Financial Media– se menciona que más de 4.000 empresas extranjeras operan en Barbados.
Los bajos impuestos de la isla atraen a inversores de EEUU y el Reino Unido así como de Canadá. De hecho, Barbados es el segundo destino de capitales canadienses en el mundo, tan sólo después de los EEUU. Además la isla ha firmado acuerdos con la OCDE , así como el FATCA para velar por la integridad de los centros offshore, que después de la filtración de los Papeles de Panamá, se ha visto envuelta en un escandalo.
Considerando que Barbados cuenta con tratados de tributación con 36 países y es el país menos corrupto de América Latina y el Caribe, según transparencia internacional, no es de sorprender que los activos administrados equivalgan el 10% del PIB.