El panorama de las ganancias corporativas de Estados Unidos en el primer trimestre de 2016 sigue siendo desigual. Más o menos una cuarta parte de las 500 empresas del Standard & Poors han publicado sus resultados, revelando que, en general, las ganancias del primer trimestre están siendo un poco mejores que lo que esperaba el marcado, explica Uma Rickheeram, responsable de research de crédito en Fischer Francis Tress & Watts, filial de BNP Paribas IP.
El análisis llevado a cabo por la firma concluye que las compañías de energía, metales y minería registraron las peores pérdidas anuales de beneficios, seguidas por el sector financiero. La tecnología también fue un sector débil, mientras que el consumo discrecional, el sector de la asistencia sanitaria y los beneficios de los sectores de telecomunicaciones subieron más que el año pasado.
“Los beneficios disminuyeron un 8% respecto al primer trimestre del año pasado, lo que supone el cuarto trimestre consecutivo de descenso de ganancias. Muchos de los temas que lastraban el crecimiento de las ganancias del año pasado se han prorrogado desde el último trimestre de 2015: la fortaleza dólar, los bajos precios de las materias primas, los tipos de interés y un enfoque continuo en el control de costes”, explica Rickheeram.
La gestora subraya que los presupuestos y las previsiones anuales siguen en su mayoría sin cambios y, en general, sigue siendo difícil hacer crecer los ingresos. Después de cuatro trimestres consecutivos de caídas, el primer trimestre continuó con el mismo patrón, que muestra una disminución aproximada del 1% interanual.
En el caso de los grandes bancos estadounidenses, registraron rendimientos de capital por debajo del 10% durante el primer trimestre, y Rickheeram cree que el sector seguirá manteniendo un ojo en nuevas reducciones de costes, que se esperan en todos los ámbitos. “La incertidumbre sobre las perspectivas económicas a escala mundial, la debilidad del precio del petróleo y las preocupaciones sobre una posible recesión en el primer trimestre contribuyó a la volatilidad de los mercados, y la reducción de la actividad de trading tanto en renta fija como en renta variable”, dice.
Además, la responsable de research de crédito revela que durante las habituales earnings calls, muchos equipos de gestión de bancos sugirieron que los ingresos relacionados con los mercados de capital han mejorado desde los niveles mínimos vistos en enero y febrero, gracias a que los temores de que se produzca una recesión han disminuido y los precios de las materias primas se han recuperado, pero el sector de energía sigue siendo un problema para los bancos, lo que les obliga a provisionar esos préstamos. Los equipos de gestión expresaron preocupaciones en torno a la incertidumbre de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, los acontecimientos políticos en Europa y el panorama de los tipos de interés.
El sector de consumo discrecional es el que mejor lo ha hecho hasta el momento, registrando un crecimiento de las ganancias de dos dígitos durante el primer trimestre. Además, mostró una clara diferenciación entre los subsectores. Internet y el sector de la automoción siguen bien, mientras que los minoristas tradicionales de la costrucción siguen bajo presión.
El consumidor estadounidense está sano. Las empresas inmobiliarias y las relacionados con la vivienda siguen siendo sólidas, y las expectativas de construcción de nuevas casas, y de reparación o remodelación siguen siendo favorables. Además, las ventas de casas existentes superan ya las cifras del año pasado.
Para las multinacionales estadounidenses, un dólar fuerte y un crecimiento mundial lento siguen siendo los factores que lastran las ventas. Los equipos de gestión ya descuentan el efecto de esto a unos niveles similares a los observados en el primer trimestre. A nivel regional, BNP Paribas IP recuerda que las operaciones en Estados Unidos son sólidas, y se espera que Europa siga siendo un punto positivo para 2016. Las ventas en China, aunque también son positivas, van a permanecer un poco atonas, mientras que el contexto en Brasil va a seguir lleno de dificultades.
Hasta el momento, Rickheeram apunta a que las perspectivas de beneficios para todo 2016 siguen relativamente sin cambios. El crecimiento económico sigue siendo lento, las bases para ver operaciones de fusiones y adquisiciones son sólidas, el apalancamiento sigue aumentando y no hay una verdadera recuperación en el gasto de capital.
“Mientras el crecimiento de los ingresos siga siendo difícil, las empresas estadounidenses seguirán centrándose en el control de costes. Las empresas también están disfrutando del beneficio de tener menores gastos de combustible, y de una subida gradual de los costes laborales. Aún así, las empresas tendrán que mostrar una mejoría significativa en la segunda mitad del año para poder cumplir con las estimaciones del consenso”, concluye.