Los flujos del mercado europeo de ETF de beta inteligente mantuvieron su solidez en el primer trimestre de 2016. Los flujos netos de activos desde principios de año (hasta el 31/03/2016) ascendieron a 2.000 millones de euros. El total de activos gestionados aumentó hasta 16.700 millones de euros, lo que supone un repunte del 4% con respecto a la cifra de finales de 2015. Los activos de beta inteligente se han duplicado desde finales de 2014. En lo que va de año, los flujos de los ETF se han visto respaldados especialmente en las categorías de ETF basados en el riesgo y ETF de asignación basada en factores, ya que, en un entorno incierto, los inversores se decantaron por estrategias defensivas y fuentes de rentabilidad alternativas.
La beta inteligente se refiere a estrategias de inversión basadas en normas que no se rigen por la capitalización de mercado. A la hora de clasificar todos los productos que se incluyen en esta categoría hemos utilizado tres sub-segmentos. En primer lugar, las estrategias con base en los riesgos fundamentadas en las volatilidades y otros métodos cuantitativos. En segundo lugar, las estrategias fundamentales basadas en el potencial económico de una empresa (a través de ratios contables), o de un país (a través de medidas macroeconómicas). Y, por último, las estrategias basadas en factores que incluyen rangos homogéneos de productos individuales de factores y productos multifactoriales diseñados deliberadamente para la asignación del factor.
Los flujos del primer trimestre de 2016 resultaron positivos para los ETF de beta inteligente, que alcanzaron 2.000 millones de euros, gracias al máximo anual marcado en febrero de 2016 (907 millones de euros) y a los sólidos datos de marzo (807 millones de euros). La cifra trimestral es igual al importe acumulado en el primer trimestre de 2015, en un contexto en el que los ETF de renta variable de todo el mundo sufrieron considerables salidas de capitales.
Desde principios de año, los ETF basados en el riesgo registraron el nivel de entradas de capitales más elevado, y los ETF de volatilidad mínima ingresaron una cifra sin precedentes de 1.200 millones de euros. Como consecuencia de la gran incertidumbre en torno a la coyuntura económica y monetaria a escala internacional, los ETF de baja volatilidad siguieron suscitando un gran interés, en especial en los índices estadounidenses y mundiales. En el segmento de la asignación basada en factores, los ETF multifactoriales siguieron recibiendo entradas de capitales, que ascienden a 357 millones de euros en lo que va de año, principalmente en los índices europeos, ya que los inversores buscan diversificación en un contexto de escasa rentabilidad de los mercados de renta variable. En el universo fundamental, los ETF de ingresos de calidad se vieron beneficiados por el entorno de bajos rendimientos gracias a su atractivo perfil de rendimiento y riesgo.