Los inversores están dispuestos a pagar a las gestoras de activos porque albergan preocupaciones y dudas a la hora de enfrentarse a los mercados. Para George Muzinich, presidente y CEO de Muzinich & Co, actualmente hay tres motivos principales de preocupación que nos dirigen hacia un mundo menos predecible y con más riesgos, según explicó ayer en un evento con inversores profesionales en Madrid: “En primer lugar, hay demasiada deuda en el mundo, más que en 2007: aunque el sector privado y los consumidores la han reducido, los estados se han endeudado más, creando unos desequilibrios tremendos”, afirmó.
En segundo lugar, los mercados son demasiado dependientes de las políticas monetarias, pero no hay que olvidar que estas últimas no crean riqueza: “Ayudan a estimular la economía pero por sí solas no generan crecimiento”, advirtió Muzinich. Además, están impulsando la volatilidad en el sistema y fuertes movimientos “risk on-risk off”.
Y, en tercer lugar, el tercer foco de preocupaciones se centra en la geopolítica, con nuevas tensiones de este tipo surgidas en los últimos años y que serán de gran importancia a largo plazo. Hablando de geopolítica, el experto hizo un repaso por las principales economías mundiales y ofreció algunos consejos en emergentes: “No podemos perder de vista a China, que será un factor de importancia creciente en nuestras vidas”. Con respecto a Rusia, mencionó su fragilidad geopolítica, en la medida en que “nunca ha sido un país, siempre ha sido un imperio” y, en un entorno en el que su población disminuye, necesita de otros países. “Es un coloso frágil”, indicó. También destacó los enormes problemas y desequilibrios de Brasil y la oportunidad en India.
¿Y el mundo desarrollado?
Al llegar a Europa, Muzinich incidió en su crítica con respecto a los bancos centrales: “El dinero que imprime el BCE no crea crecimiento. Sin cambios estructurales, Europa no va a ir muy lejos”. En referencia a pasadas huelgas en Francia, el experto mostró su preocupación por estados de la UE con demasiada regulación y burocracia. “El Brexit va de esto: Reino Unido no quiere a burócratas”, añadió. Con respecto a la posible salida del país de la UE, vaticinó que no va a pasar porque, aunque los británicos puedan querer salir desde un punto de vista emocional, se impondrá la visión práctica y se quedarán.
En EE.UU. mencionó el riesgo de frustración en una parte de la sociedad incapaz de acceder a los buenos empleos. También aludió al riesgo en la jubilación: “El sistema de pensiones en EE.UU. está en dificultades, igual que en otros países como Reino Unido, Brasil…” Así, explicó que los fondos de pensiones de los estados o gobiernos asumen que tendrán un retorno anual cercano al 8%, “y hay que ser honestos, eso va a ser difícil… a menos que vuelva con fuerza la inflación”.
En este punto, Muzinich se mostró convencido de que hay factores subyacentes que permitirán, en algún momento, que vuelva la inflación: “Cuando nadie se preocupa por algo, como sucede ahora con la inflación, es cuando deberíamos empezar a preocuparnos”. Y destacó algunas tendencias en este sentido, como la firmeza de los precios de los bienes de consumo o las subidas del salario mínimo en estados como California o Nueva York, o en otros países del mundo como Reino Unido, Alemania y Japón. La cuestión, dijo, es si esa subida de salarios viene o no acompañada de productividad, lo que será decisivo para la vuelta de la inflación.
Menos predictibilidad y más riesgos
Como consecuencia de la mayor dependencia en las políticas monetarias, del exceso de deuda y de las tensiones geopolíticas, “hay menos predictibilidad y mayor riesgo en el sistema”, en lo que es un entorno completamente novedoso en la historia: “Nunca hemos estado en este punto en la historia de las finanzas. Nunca hemos visto esto antes. No sabemos hacia dónde vamos, cómo acabará esto, los riesgos son ahora mayores”. Es un “new normal”, con mayores incertidumbres y mayor riesgo de disrupciones financieras significativas.
En el caso de España, apuntó el riesgo que supone el fin de la tendencia de tipos a la baja de los últimos 35 años: “¿Cómo lidiará España con una subida de tipos, cuando se produzca?”, se preguntó. Una situación que tendrán que afrontar muchos mercados, teniendo en cuenta los niveles cercanos a cero o negativos en que se encuentran las rentabilidades de la deuda pública del mundo desarrollado.