Los valores bancarios han sufrido una gran volatilidad desde que comenzó el año, a menudo encabezando las caídas de los índices principales y con los bancos europeos en el centro de las preocupaciones de los inversores. El co-gestor de carteras George Efstathopoulos de Fidelity examina en esta entrevista las razones de esta debilidad y las perspectivas de los bancos de cara al futuro.
¿A qué cree que se debe la caída de los valores bancarios europeos?
Es probable que haya sido el resultado de diversos factores, incluidos la adopción de una política de tipos de interés negativos por otro banco central importante, la debilidad del sector bancario italiano, los acontecimientos idiosincrásicos que pesan sobre la confianza de los inversores y la preocupación por la exposición del sector bancario a China y las materias primas. La corrección del valor relativo también podría ser un factor, ya que durante el año pasado, el capital bancario subordinado mostró una resistencia mucho mayor que otras clases de activos, como la deuda high yield de EE.UU.
¿Estmos ante un problema de deuda o de renta variable?
A lo largo de 2015, el crédito bancario en general se consideró como una clase de activo relativamente segura y resistente a la ampliación de los diferenciales observada en otros mercados de crédito. Sin embargo, parece que la situación ha cambiado en 2016 y los niveles de spread a los que cotiza la deuda bancaria han vuelto a suscitar preocupación en relación con la salud del sistema bancario europeo. A principios de febrero, la atención del mercado se centró en Deutsche Bank, donde los diferenciales de los CDS llegaron a niveles no observados desde 2011, mientras que el valor de la renta variable de los bancos europeos casi se redujo a la mitad. En un contexto de crecimiento lento e inflación baja, en el que los bancos centrales pueden mantener la política expansiva durante más tiempo, la rentabilidad de los bancos ha pesado y seguirá pesando sobre las opiniones de los inversores. Sin embargo, los inversores deben preocuparse más por las cuentas de resultados que por los balances, ya que los bancos de Europa y de todo el mundo han reforzado significativamente sus ratios de capital desde la crisis financiera (Gráfico 1).
¿Es s atractiva la deuda bancaria?
Los bancos, especialmente en Europa, han sufrido un rápido deterioro de sus estructuras de capital y sus precios han llegado a niveles que indican preocupación por la salud del sistema bancario. Las valoraciones de la deuda bancaria subordinada vuelven a ser muy anómalas y ahora ofrecen oportunidades de valor relativo excepcionales con cupones altos y la oferta de una posible revalorización del capital. Durante las crisis bancarias de 2008 y 2011, los mercados estaban preocupados por el gran deterioro de la calidad de los activos. En esta ocasión, las causas de la ampliación de los spreads deben tener implicaciones más modestas para el crédito.
¿Y los factores técnicos?
Los factores técnicos también son favorables. Las presiones de la oferta sobre la deuda subordinada deben remitir, ya que desde 2013 se han emitido alrededor de 70.000 millones de euros en AT1 —bonos de cupón alto que se convierten en acciones cuando el capital del emisor cae por debajo de un determinado ratio— y los bancos europeos ya están a más del 50% de cumplir los requisitos de capital de Basilea III para 2019. En definitiva, los bancos han logrado concentrar la emisión al principio del periodo a niveles de financiación baratos y ahora pueden permitirse esperar, ¡o incluso pujar por su deuda!
¿Sigue siendo la morosidad un problema en la banca europea?
Europa aún se está recuperando de la resaca del ciclo de impagos, por gentileza de la crisis financiera mundial, que se agravó con la crisis de deuda soberana de la eurozona. En consecuencia, la morosidad en países como Italia y España está muy por encima del nivel medio. Sin embargo, esperamos una mejora de los parámetros de calidad de los activos gracias a la disminución del desempleo y la recuperación de las condiciones económicas y los valores de los colaterales. Los ciclos de morosidad muestran una elevada correlación con el desempleo y las señales de un punto de inflexión ya se pueden ver en los ratios de morosidad de España, donde la mejora del empleo y el PIB producirá unos niveles inferiores de morosidad para los bancos.
¿Y en el caso de Italia?
Si ponemos a Italia bajo el microscopio, las quiebras bancarias del año pasado sacaron a la superficie 200.000 millones de euros de préstamos morosos que aún persisten en el sistema bancario. La solución propuesta, que implica la titulización de préstamos morosos mediante un vehículo de fines especiales con un elemento de garantía del estado, contribuirá a acelerar el proceso de tratamiento de este tema tabú. Sin embargo, persiste la incertidumbre en torno a la participación en el programa voluntario, del que aún se desconocen los detalles de aspectos clave, incluido el nivel de quita aplicable.
En un tono más positivo, sin embargo, el crecimiento de la morosidad se está desacelerando (con un aumento del 1% interanual en el tercer trimestre de 2015 en comparación con el 6% en 2014 y el 12% en 2013). Además, los cinco principales bancos italianos muestran unos elevados ratios de capital ordinario sobre activo total y uno de los ratios más altos de capital ordinario de nivel 1 —de hecho, incluso mejores que los de algunos de sus homólogos alemanes.
¿Está justificada la ampliación de los spreads del crédito?
Sin duda alguna, los bancos son seguros para los titulares de depósitos. Los contribuyentes no deberían ser necesarios para volver a rescatar a bancos problemáticos, ya que las pérdidas serán soportadas en primer lugar por los accionistas de los bancos y luego por los inversores en deuda de bancos, si se llegara a ese punto. Sin embargo, desde Fidelity no creemos que esté justificada la ampliación de los spreads del crédito hasta niveles de deuda distressed. Los fundamentales siguen mejorando y los bancos no están en absoluto cerca de un ciclo de reapalancamiento. El aumento de los ratios de capital continúa, y la mayoría de los bancos sistémicamente importantes ya cumplen o superan los exigentes requisitos establecidos por los reguladores.
La capacidad de Deutsche Bank de pujar por su deuda es un oportuno recordatorio de que los bancos europeos tienen unas reservas de liquidez elevadas que podrían ampliarse aún más tras la próxima reunión del BCE. Si el panorama macroeconómico se sigue deteriorando, las valoraciones descendentes de la renta variable podrían convertirse en preocupación por el crédito, pero, a las valoraciones actuales, consideramos que la deuda bancaria ofrece algunas oportunidades significativas.