Algunos comentarios de Janet Yellen durante la rueda de prensa llevada a cabo tras la reunión con el Comité Federal de Mercado Abierto invitan a pensar que la Reserva Federal estadounidense será relativamente tolerante en caso de subida de la inflación por encima del 2%.
Yellen recordó que ese objetivo es simétrico y que el organismo no consideraba adoptar medidas de apoyo, y que tampoco se contemplaban tipos negativos. Por lo tanto, los próximos movimientos deberían consistir en subidas de tipos.
Para Julien-Pierre Nouen, director economista de Lazard Frères Gestion, la primera interpretación posible de la reunión de la Fed es que el Comité de Política Monetaria es más acomodaticio de lo que se pensaba y por tanto estaría dispuesto a tolerar una inflación un poco más alta durante cierto tiempo, e incluso estaría haciendo todo lo posible para llegar a esa situación, aunque no lo reconozca.
En segundo lugar, Nouen estima que quizá la gran incertidumbre sobre el mercado laboral es lo que justifica la actitud de la Reserva Federal. Janet Yellen ha insistido en el hecho de que las previsiones de los miembros de la Reserva Federal se podrían revisar perfectamente tanto al alza como a la baja. Tras la aparición de factores negativos durante estos últimos meses, los miembros del FOMC han preferido revisar sus previsiones a la baja, pero si la coyuntura mejorara, no dejarían de revisar al alza sus previsiones, como hicieron en 2014.
Una tercera interpretación posible para el economista de Lazard Frères Gestion sería la integración de una dimensión de estabilidad financiera mundial en la política monetaria de la Reserva Federal. Para no agravar las dificultades de los países emergentes, la Reserva Federal mantiene su política monetaria a un nivel más acomodaticio de lo que justificarían las condiciones domésticas exclusivamente, con el fin de no desencadenar una subida de tipos y del dólar demasiado fuertes. Quizá la Reserva Federal se sienta un poco obligada por las políticas cada vez más acomodaticias del Banco Central Europeo y el Banco de Japón.
“Al mostrarse cada vez más acomodaticia, la Reserva Federal sin duda responde a las expectativas de los mercados, pero la ausencia de riesgo inflacionista durante varios años no significa que éste haya desaparecido. El movimiento actual de aceleración de la inflación no se explica únicamente por los precios inmobiliarios. Más allá del efecto de los precios de la energía, sin duda la caída del precio del petróleo ha deprimido la inflación. Pero si el mercado laboral se sigue tensando rápidamente, los salarios deberían aumentar más deprisa”, afirma Nouen.
Los últimos indicadores publicados para el mes de marzo, concretamente las encuestas Empire y la de la Reserva Federal de Filadelfia, parecen indicar que el sector industrial se está recuperando. Varios de los vientos contrarios que han frenado el crecimiento empiezan a amainar, como el gasto público y el desapalancamiento de los hogares. Por tanto, el crecimiento estadounidense se podría acelerar en 2016, dice Nouen.
En 2015, los miembros del Comité de Política Monetaria afrontaban el dilema siguiente:
- Empezar a subir los tipos antes de lo previsto, para poder hacerlo de manera más progresiva; o
- esperar, y correr el riesgo de tener que subirlos más bruscamente, con el peligro de desatar el pánico en el mercado de renta fija y de castigar aún más el crecimiento.
Al retrasarse un poco en una trayectoria de unas cuatro subidas de 25 puntos básicos al año (que habría sido el ciclo de normalización más lento de la historia de la Reserva Federal), el banco central estadounidense se arriesga por tanto a encontrarse precisamente en la situación que desea evitar a cualquier precio.
“Pero no hay que olvidar que Janet Yellen ha subrayado en varias ocasiones que las proyecciones se podrían revisar lo largo del año. Según nuestra hipótesis económica, basada en una aceleración del crecimiento estadounidense durante los próximos meses y en una continuación de la aceleración de la inflación, pensamos que el FOMC debería revisar su guión en el mes de junio. En nuestra opinión, siguen siendo posibles tres subidas de tipos de aquí a final de año”, concluye el director economista de Lazard.