Según Fitch Ratings, continuarán las salidas de los bancos globales de Latinoamérica, conforme los bancos intentan mejorar su rendimiento sobre capital cambiando sus estrategias y disminuyendo su exposición al riesgo presente en alguno de los mercados latinoamericanos. La puesta en venta de las operaciones de banca retail en Brasil y Argentina por parte de Citigroup es el último ejemplo de esta tendencia.
Los bancos globales están abandonando la región principalmente por razones financieras y regulatorias. Una regulación más estricta, menores ingresos, pérdidas de crédito y mayores costes legales y de cumplimiento, junto con un esfuerzo por enfocarse en sus puntos fuertes en mercados mayores, hacen que los bancos globales continúen revisando sus estrategias para optimizar su uso del capital.
El riesgo que presentan las perspectivas económicas y los ambientes operativos en alguno de los países de Latinoamérica también están impulsando la decisión de dejar la región. Fitch Ratings mantiene una perspectiva negativa en el sector en aproximadamente la mitad de los países de Latinoamérica. Muchos de ellos han sufrido un deterioro en la calidad de los activos, presentan un rendimiento financiero debilitado y algunas señales de que el crédito será más escaso.
Desde Fitch Ratings, esperan que el ambiente económico y operativo para bancos en Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador y Venezuela se deteriore aún más.
La previsión es que sólo los bancos internacionales con una fuerte presencia en la región, son aquellos que permanecerán en Latinoamérica. Santander y BBVA tienen una sólida presencia en el sector retail de la banca en países claves de América Latina, siendo por lo general unidades financieramente independientes de su empresa matriz, lo que hace menos probable que puedan necesitar ayuda de éstas.
Otra tendencia que esperan desde Fitch, es que los bancos internacionales se centren en los negocios con mayores márgenes y en las regiones con mayor mercado, como Brasil y México. La filial mexicana de HSBC forma parte de la estrategia del banco en relación al NAFTA (North American Free Trade Agreement o Tratado de Libre Comercio); y en Brasil, HSBC planea mantener una presencia en banca corporativa para dar apoyo a sus operaciones globales. JP Morgan, BofA Merrill Lynch y Citibank, que operan en banca corporativa y de inversión en la región, también prefieren centrarse en estas líneas de negocio.
Barclays y Deutsche están entre las entidades que recientemente anunciaron su salida o que han realizado una reducción de sus operaciones en la región. Al igual que HSBC, Societe Generale y entre otros bancos que han reducido su presencia desde principios de 2015. Esta estrategia no es nueva para alguno de estos bancos y es el resultado de una mayor planificación del capital, a la vez que operaciones más pequeñas y con más consumo de capital se encuentran bajo el microscopio debido a una nueva regulación más estricta y regímenes de resolución.
Algunos de los bancos latinoamericanos se han expandido a lo largo de la región, como es el caso de los grandes bancos colombianos, que han realizado adquisiciones en América Central; y el caso de Itaú Unibanco, que adquirió el banco chileno Corpbanca. La perspectiva de Fitch para el sector financiero es estable. Sin embargo, el deterioro del ambiente operativo en otras partes de la región plantea desafíos, especialmente para los bancos latinoamericanos de un tamaño pequeño o medio que no poseen una posición competitiva en sus mercados y tienen opciones limitadas para soportar un ciclo de negocio negativo prolongado en el tiempo.
Los bancos globales ya salieron de países latinoamericanos en otros periodos de crisis económicas, esta vez, parece que el éxodo es algo más definitivo y no solo una consecuencia del ciclo económico. Desde Fitch opinan que estos factores harán que la presencia de los bancos globales siga disminuyendo y que permanezca baja en el largo plazo, mientras que algunos bancos locales y bancos regionales deberían mejorar su presencia en los países de América Latina.