La SEC aprobó a finales de la semana pasada la regla de FINRA que obliga a los brokers a enviar “información didáctica” a sus antiguos clientes sobre su cambio a otra firma.
La Comisión dice en su nota aprobatoria que FINRA creó esta norma a raíz de su preocupación por el hecho de que los clientes de un advisor que cambia de firma suelan ser contactados por éste con el fin de que, una vez al tanto de las ventajas que tendrían, transfieran sus activos a su nueva firma. En esta situación, dice la SEC en su nota, la experiencia previa con el advisor puede ser un factor determinante para la realización o no del movimiento. El objetivo de esta regla es pues, evitar que “pudieran no estar al tanto de algunos factores importantes que deberían considerar en el momento de tomar la decisión de transferir sus activos a la nueva firma, incluyendo los costes directos en lo que podría incurrir”.
Así, la nueva regla obliga a la firma contratante del advisor a proporcionar a los antiguos clientes de éste una foto más completa de las potenciales implicaciones del cambio, en una comunicación didáctica que destaque las consideraciones claves de la transferencia de activos entre firmas y de los efectos directos e indirectos de esa operación sobre los activos.
La norma especifica que esta comunicación debe ser provista siempre que la nueva firma contacte, de manera directa o indirecta, a los antiguos clientes de su nuevo asesor para que transfieran sus activos, o cuando un antiguo cliente del advisor -aún sin contacto directo por parte de la firma- transfiera los activos a una cuenta asignada o por asignar en la nueva firma.
Son cuatro los puntos a incluir en la comunicación: si alguno de los incentivos financieros recibidos por el advisor pudiera provocar conflicto de interés; que algunos activos podrían no ser transferidos directamente a la nueva firma y el cliente podría incurrir en costes de liquidación y traspaso de esos activos o comisiones de mantenimiento para dejarlos en la firma inicial; los potenciales costes relacionados con la transferencia de activos a la nueva firma, incluyendo las diferencias en la estructura de precios y comisiones entre una y otra firma; y las diferencias en productos y servicios entre ambas.