Con la reciente desaceleración económica y los mercados europeos y asiáticos de renta variable mostrando signos de debilitamiento, los inversores extranjeros han buscado crecientemente invertir en Estados Unidos para destinar una parte de su inversión en dólares, eclipsando a centros tradicionales para la inversión offshore como pueden ser Suiza y Reino Unido.
Ahora, un nuevo reporte, “Riesgo y retorno en Latinoamérica”, sugiere que las familias de grandes patrimonios de Latinoamérica, que se enfrentan a retos económicos en sus países de origen, prefieren invertir en Estados Unidos. Además, este interés de Latinoamérica por invertir en Estados Unidos está preparado para crecer a medida que las familias de grandes patrimonios buscan explorar nuevas formas de preservar y crecer sus activos.
La hierba es más verde en Estados Unidos
En la primera encuesta de este tipo realizada por Morgan Stanley en asociación con Campden Wealth, se entrevistaron a 45 ejecutivos de negocios familiares con sede en América Latina y pertenecientes al segmento patrimonial más alto (Ultra High Net Worth, o UHNW, por sus siglas en inglés). Los resultados desvelaron que los encuestados eran más positivos en cuanto a las perspectivas económicas de Estados Unidos y las perspectivas globales, que los propios inversores norteamericanos. Según un estudio realizado recientemente, de los 1,4 billones de dólares invertidos en Estados Unidos por las familias de grandes patrimonios, una cantidad significativa tiene su origen en América Latina. De hecho, el 29% de la riqueza de América Latina fue enviada como inversión offshore a Estados Unidos. El informe realizado por Campden indica que hay potencial para mucho más.
“Estos ejecutivos están buscando un lugar donde resguardar su patrimonio e invertir tanto en activos reales, como negocios y bienes raíces, así como en sus prioridades personales, incluyendo educación de nivel superior para sus hijos, un lugar de residencia e incluso una potencial ciudadanía”, comenta James Jesse, director del equipo internacional de Wealth Management de Morgan Stanley. Por ejemplo, el año pasado en Florida, el 56% de las compras internacionales de bienes raíces fueron realizadas por ciudadanos de América Latina.
La misma encuesta desveló que el 58% de los ejecutivos latinoamericanos pensaban que la economía de Estados Unidos iba a mejorar en el próximo año, frente a solo un 29% de los inversores basados en Estados Unidos. A pesar de que las perspectivas variaban según el país, el optimismo era fuerte: un 78% de los ejecutivos brasileños tenían una perspectiva favorable sobre la economía de Estados Unidos, junto con un 66% de los ejecutivos mexicanos. De hecho, mientras los estadounidenses han perdido confianza en su sistema político o está menos entusiasmado con la recuperación económica del país, a nivel global, Estados Unidos es un refugio de estabilidad financiera. “No solo hay oportunidades aquí, sino que existen procesos predecibles y regulaciones que pueden ayudar al inversor extranjero a la realización de sus metas”, comenta James Jesse.
Priorizando en preservación y crecimiento de capital
Más del 40% de los ejecutivos de América Latina encuestados citaron la preservación del capital como su principal objetivo en la gestión de su patrimonio. Cabe de esperar que estos inversores se sientan vulnerables, dado que la mayoría de las economías de la región se encuentran en su quinto año de contracción. Según el Fondo Monetario Internacional, las tres economías más grandes de América Latina, Argentina, Brasil y Venezuela, experimentaron recesión en 2015.
“Estos inversores han estado más expuestos a la crisis económica global y están muy enfocados en buscar vías de diversificación estable para su patrimonio”, comenta James Jesse. Sin embargo, al mismo tiempo, un tercio de los encuestados priorizaban la inversión y el crecimiento de su negocio por encima de los demás objetivos. Mientras la situación económica en cada país de forma individual contribuye a que los inversores mantengan estos objetivos duales, muchos de los ejecutivos están luchando por objetivos aparentemente contradictorios: necesitan proteger el patrimonio familiar y tomar los riesgos necesarios para hacer crecer sus negocios y carteras de inversión.
Algunos perciben el potencial de Estados Unidos para servir en ambos objetivos, proporcionando una diversificación que ayuda a minimizar el riesgo a la vez que ofrece oportunidades empresariales y de inversión.
En Estados Unidos y Europa tienen una mayor atracción por los grandes patrimonios en América Latina, por su “proximidad, fuertes relaciones y facilidad a la hora de realizar negocios, en comparación con otras regiones en crecimiento”, según el informe “Riesgo y Retorno en Latinoamérica”.
Un compromiso renovado
Morgan Stanley ha intensificado recientemente su compromiso con la región, incluso cuando otras firmas se están retirando. Por ejemplo, Credit Suisse anunció que estaba cesando su negocio de banca privada en Estados Unidos que da servicio a la región de Latinoamérica, ya que su escasa presencia obstaculizaba la competitividad del banco.
“Navegar por el mercado Latinoamericano requiere un alto nivel de experiencia y habilidades, así como un compromiso y una familiaridad con la región”, comenta James Jesse. Con 12 oficinas dedicadas al inversor latinoamericano, 435 asesores financieros, incluyendo 75 nuevas contrataciones, Morgan Stanley ofrece estos tres criterios.
La firma cuenta con 30 años de presencia en la región, proporcionando servicios de banca de inversión, de renta fija, operaciones de divisas y materias primas además de corretaje y gestión de tesorería. John Moore, presidente del negocio de Latinoamérica, comenta que la asociación complementaria entre el lado institucional de la firma y la gestión patrimonial trabaja en beneficio del cliente, especialmente para aquellos que buscan oportunidades en Estados Unidos. “En América Latina, las relaciones dirigen el negocio”, comenta Moore. “El hecho de que podemos poner en contacto personalmente a los clientes con los servicios institucionales, además de ofrecerles oportunidades en la región y en el extranjero, nos permite profundizar aún más en las relaciones”.