No es fácil invertir ahora en deuda europea pero hay oportunidades sobre la mesa. Así lo cree Thant Han, gestor de fondos de Standish, sociedad de BNY Mellon, que apunta a la deuda pública en Europa del Este, frente a la de otros países occidentales, si bien también apuesta por la deuda periférica de Italia e Irlanda, y es cauto en España por el tema político. Pero sobre todo, donde ve valor es en el crédito europeo, tanto de grado de inversión como high yield: no habrá contagio de los problemas en EE.UU. y además el BCE seguirá siendo acomodaticio, pase lo que pase con la Fed. Dentro de este sector, apuesta por las financieras.
Con los tipos de interés tan bajos en Europa, ¿aún hay valor en renta fija? ¿Ha de tener un hueco en las carteras?
La rentabilidad de la mayoría de los bonos gubernamentales europeos está en mínimos históricos o cerca de ellos y, en nuestra opinión, ofrecen poco valor, especialmente si los comparamos con otros mercados de deuda pública de países desarrollados, como Australia o Canadá, que ofrecen un carry optimizado y perfiles de calidad crediticia más sólidos. Con todo, todavía existen a nivel nacional las condiciones macroeconómicas y de política monetaria que permiten mantener los mercados europeos de renta fija en estos niveles de riqueza por el momento.
¿En qué valores encuentra más valor actualmente, tras la reciente volatilidad?
Las divergencias de retórica de los bancos centrales de todo el mundo y la creciente volatilidad de las materias primas han provocado un incremento en la inestabilidad de numerosos activos financieros. Se ha generado valor y oportunidades de inversión en áreas determinadas del mercado europeo de renta fija, como puede ser el caso de los bonos corporativos con grado de inversión y de alta rentabilidad. Dentro del espacio público, creemos que hay margen para que los resultados de la deuda soberana de los países de Europa del Este sean mejores que los de sus vecinos occidentales.
¿Está expuesto a deuda periférica, y en especial a la española?
Los riesgos son ahora más idiosincráticos que sistemáticos dentro del espacio de la deuda periférica europea, lo que nos ha permitido proceder de un modo más activo en la selección de los países. Por el momento, el aumento de la incertidumbre política hace que mantengamos la cautela a la hora de favorecer la deuda española en relación a otra deuda periférica. Contamos con una modesta exposición de duración sobreponderada a la deuda pública de Italia e Irlanda, y permanecemos neutrales con respecto a España.
¿Cómo está posicionado en fondo en términos de la relación deuda pública-crédito?
Las valoraciones se han hecho más urgentes en el crédito europeo, habida cuenta de que la rentabilidad de los bonos gubernamentales es negativa o muy cercana a cero. El fondo tiene una reducida sobreponderación al crédito y, por tanto, cuenta con la capacidad necesaria para sumar de manera significativa si la volatilidad del mercado disminuyese.
¿En qué compañías ve más valor?
En general, favorecemos entidades financieras, tanto bancarias como de seguros, donde el diferencial actual sobre la rentabilidad de la deuda pública subyacente no refleja las bases de un balance pesado, el incremento de la regulación y las reservas de capital que se han ido gestando en los últimos años.
¿Cómo pueden afectar las medidas del BCE en el activo?
El Banco Central Europeo ya ha aplicado recortes en el tipo de interés sobre los depósitos y puesto en práctica acciones como la extensión o ampliación del programa actual de flexibilización cuantitativa (valorado en los mercados). Por el momento no existe ningún indicio de que se vaya a hacer uso de «armamento pesado», por lo que sería una sorpresa para los mercados que se adoptasen medidas más radicales.
¿Afectarán al mercado las subidas de tipos en EE.UU.?
Resulta improbable que las subidas de tipos de la Reserva Federal estadounidense hagan descarrilar al Banco Central Europeo de su posición flexible en política monetaria. Pensamos que estas divergencias de políticas continuarán, al ser sintomáticas de la expansión del crecimiento y de los diferenciales de inflación entre EE.UU. y la Eurozona.
¿Qué riesgos ve en el activo? ¿Le preocupa la liquidez?
Desde la primera fila, pensamos que mantener la flexibilidad en las políticas del banco central o una austeridad comedida de las políticas, en el caso de la Reserva Federal estadounidense, es clave para conservar unos cimientos estables para la economía global; eliminando la noción de una tendencia bajista secular en la renta fija.
En los últimos años, las turbulencias de los mercados y la regulación más rigurosa de la industria financiera han hecho menos habitual la liquidez diaria y la baja volatilidad de los diferenciales. Lamentablemente no prevemos que a corto plazo se vaya a invertir la reciente afluencia de liquidez. Observamos que existe valor en sectores específicos de los diferenciales, pero somos prudentes a la hora de evaluar la prima de liquidez para realizar operaciones y compensar a los inversores durante plazos de inversión más largos. Crecerá la dificultad de las operaciones tácticas, pero con el tiempo deberían aparecer grandes oportunidades de compra.
Los problemas en las energéticas de EE.UU., ¿se contagiarán al crédito europeo?
Creemos que los efectos secundarios del descalabro del sector energético estadounidense serán limitados en el crédito europeo. Los diferenciales de crédito europeos ya se han ampliado hasta cierto punto para reflejar la debilidad predominante en los precios de la energía y la moderación en las perspectivas de crecimiento internacional. Somos prudentes a la hora de predecir una recesión a corto plazo, por lo que vemos oportunidades dentro del espacio corporativo.
¿Cómo valora las oportunidades en banca europea, teniendo en cuenta esta exposición a energéticas?
En general creemos que se han ampliado recientemente los diferenciales bancarios a causa de la baja confianza de los mercados. Aunque la calidad permanente de los préstamos a empresas sensibles al mercado energético es una preocupación moderada y probablemente lleve al endurecimiento de las condiciones de préstamo, todavía estamos lejos de las condiciones de préstamo tan restrictivas que tuvimos antes de las recesiones en el pasado. Pensamos que la reciente liquidación de activos en el mercado ha tenido su causa principal en la corrección del hacinamiento de posiciones por parte de los gestores de carteras. El sector bancario ha tenido también un comportamiento muy sólido en los últimos tiempos, habida cuenta de la mejora de los indicadores por la mayor regulación y su aislamiento de los niveles históricamente bajos de actividad en fusiones y adquisiciones.