Las mujeres representan más del 77% de la fuerza laboral de las compañías healthcare estadounidenses, un porcentaje mucho más alto que en otras industrias, según el US Bureau of Labor Statistics. El talento femenino, sin embargo, no tiene la misma representación en puestos directivos, donde solo cuenta con un 8% de representación.
Según el informe, el problema no radica tanto en la contratación como en la retención de talento y en su promoción, lo que denota la necesidad de elevar a más mujeres a roles directivos y ayudarlas a compatibilizar el trabajo mediante medidas de flexibilidad laboral.
La reciente publicación de ‘Women Dominate Health Care—Just Not in the Executive Suite’, de Boston Consulting Group, ha demostrado que la paridad de género en puestos de liderazgo ofrece beneficios en todas las industrias, desde el punto de vista de que aporta un pensamiento más innovador y un mejor rendimiento financiero. Las disrupciones actuales en materia healthcare requieren enfoques no convencionales y nuevas ideas, que no provendrán en ningún caso de un equipo directivo homogéneo en materia de género.
Una nueva agenda
La investigación del BCG, basada en conversaciones con líderes mujeres exitosas en healthcare apuntan a seis prioridades: destacar a las mujeres directivas como modelos a seguir, desarrollar programas formativos de promoción interna, estandarizar las revisiones del rendimiento y los criterios de promoción, buscar talento en fuentes no convencionales, ofrecer condiciones laborales flexibles y medir lo que realmente tiene valor para la compañía.
Los datos analizados por BCG reflejan una tendencia clara: el recruiting no es el problema, sí lo es la retención y la promoción. La retención de talento fue el obstáculo más citado para la diversidad de género, mencionado por el 57% de los encuestados. La promoción también fue un factor crítico, citado por el 50% de los encuestados.
La industria del healthcare tiene mucho trabajo que hacer para crear equipos de liderazgo equilibrados en cuanto al género, pero en cierto sentido tiene una gran ventaja: una fuerza laboral en la que muchos más empleados y gerentes de primera línea son mujeres. Para capitalizar ese recurso, debe tomar medidas específicas para mejorar la retención y la promoción de las mujeres de alto potencial. Dar a las mujeres una oportunidad igual en los puestos de liderazgo es justo. Además, una mayor diversidad de género en el equipo directivo hará que las empresas sean más innovadoras, dándoles una clara ventaja en un sector en el que la norma es la disrupción permanente.