Las acciones globales -aunque desde Pictet AM siguen viendo más rebajas que aumentos en las previsiones de beneficios empresariales-, resultan atractivas para 2016, con valoraciones por debajo del promedio histórico de 14 veces beneficios y una profunda sobreventa en la mayoría de regiones y sectores, dice Luca Paolini, director de estrategia de Pictet AM.
Testimonio de ello es la fuerte caída en la proporción de inversores estadounidenses optimistas respecto a las acciones de EE.UU. Además las acciones de emergentes muestran valoraciones récord en comparación con los desarrollados. «Hemos reducido exposición a finanzas, pues las políticas para resolver la solvencia de los bancos regionales de Italia son insuficientes. Sin embargo, consumo discrecional sigue siendo uno de nuestros sectores preferidos. Sus valoraciones no son espectacularmente baratas, pero esperamos aumento de ingresos disponibles e impulso del consumo», dice Paolini.
Europa y Japón siguen siendo los mercados preferidos en acciones del mundo desarrollado de la firma. Ambas economías se benefician de políticas monetarias que deben impulsar el crecimiento económico y los beneficios empresariales.
Europa es su mercado favorito pues, con las agresivas medidas del BCE, el volumen de dinero en circulación –M1– se está expandiendo al 11% anualizado, impulsando el crédito bancario a empresas. Además los precios del petróleo han aumentado el poder adquisitivo e impulsan las ventas de automóviles -han crecido un 17% interanual-. La eurozona muestra recuperación, un robusto consumo privado y con un débil euro, aumento de las exportaciones. «De manera que los beneficios empresariales en la región pueden aumentar un 10% en 2016 frente al 7% que anticipa el mercado», añade el experto.
Además, en EE.UU. los beneficios empresariales desde 2007 han aumentado un 20%, pero en el mismo periodo han bajado en la misma magnitud en la eurozona. De todas formas hay riesgos, previene. El nuevo gobierno de Polonia está proponiendo políticas que han desencadenado una rebaja de la calificación crediticia de su deuda; España está en período de agitación política y el aumento de préstamos incobrables de bancos regionales de Italia ha terminado en un acuerdo con la Comisión Europea con garantía del Estado, pero no parece una solución permanente y el problema puede amenazar la estabilidad del sistema bancario. A ello se añade el referéndum que se avecina en Reino Unido sobre su adhesión a la UE.
En Japón, los datos son mixtos, con un fuerte mercado laboral pero débil producción industrial y exportaciones, aunque los bajos precios del petróleo facilitan elevar salarios y aumentar el poder adquisitivo. La reducción sorpresa de los tipos de depósito del Banco de Japón debe ayudar y su economía recuperarse moderadamente, liderada por el consumo privado y el aumento de la inversión empresarial. El crecimiento de beneficios empresariales puede ser de 11% este año, cuando sus acciones cotizan a 13 veces beneficios esperados, un buen valor, explican en la gestora.
EE.UU. experimenta algunas dificultades, incluyendo el impacto negativo del dólar en sus exportaciones netas, pero el gasto de los consumidores se sostiene con los bajos precios del petróleo, explica el experto, que añade «de hecho sólo alguno de nuestros 24 indicadores predictores de recesión están en rojo y tal evento tiene probabilidad del 20%, muy por debajo del nivel implícito en la deuda de alta rentabilidad de EE.UU., que es del 80%, improbable considerando que esta economía puede crecer un 2,4% este año, alimentada por el consumo». Así que en acciones de EE.UU. la firma ha reducido la infra-ponderación para reflejar que el dólar puede dejar de subir y sus acciones han podido tocar suelo. La posibilidad de mayor caída es limitada pues las estimaciones de aumento de beneficios están en bajos niveles y el sentimiento de los inversores es el menos alcista desde 1994.
¿Y en emergentes?
La desaceleración de China es responsable en gran parte de la tendencia bajista en las materias primas, pero los temores de aterrizaje duro son exagerados. El principal indicador de Pictet sugiere recuperación desde mínimos de mediados de 2015. La actividad de construcción y ventas de automóviles está en mejora. Además la presión sobre sus mercados financieros las últimas semanas puede atribuirse a un ajuste general de liquidez, principalmente en EE.UU., pero la Reserva Federal ha indicado que puede ralentizar el ritmo de alzas de tipos de interés y las autoridades chinas están tratando de contrarrestar cualquier caída de la oferta de dinero mediante inyección de fondos a un ritmo sin precedentes.
«Sobreponderamos acciones de emergentes, que cotizan con descuentos del 30% respecto a mercados desarrollados. Nuestro indicador principal para estas regiones ha aumentado desde junio y las últimas semanas hemos visto mejora de indicadores macro económicos en China y Brasil. Además puede haber recorte de tipos de interés en China y la Reserva Federal puede ser menos agresiva».
Posiciones defensivas
En enero los inversores han acaparado letras del tesoro de EE.UU. y Bunds alemanes y vendido acciones, así que la deuda soberana de los mercados desarrollados cotiza a 1,3 desviaciones estándar por encima del valor razonable, difícil de justificar, según la firma. El promedio de rentabilidad a vencimiento en deuda soberana de mercados desarrollados a diez años es menos del 1,4% y si el BCE adopta más medidas probablemente se beneficie más la deuda a mayor vencimiento o la empresarial.
Sin embargo, el experto sobrepondera deuda empresarial high yield de EE.UU. Su liquidación ha sido en gran parte inducida por la fuerte caída de los precios del petróleo. Ahora las rentabilidades, cerca del 8%, son típicas de recesiones e implican un aumento de la tasa de impagos desde el 3,3% actual al 13% en los próximos 12 meses, lo que es improbable. Además esta clase de activos ofrece un seguro contra un inesperado aumento de tipos de interés en EE.UU., dada su menor sensibilidad que otras clases de renta fija.
«A ello se añade que seguimos sobreponderando deuda emergente en moneda local, cuyas valoraciones son atractivas». Su rentabilidad en 2015 fue menos del 15%, la más débil desde el lanzamiento del primer índice de bonos locales. Pero este año, si el dólar se frena, la rentabilidad a vencimiento, del 7%, debe compensar mayores caídas de cotización de las divisas, que están cerca de tres desviaciones estándar por debajo de valor razonable. De hecho, la firma espera que el dólar, sobrevaluado, cotice en rango estrecho a corto plazo y es poco probable que la Reserva Federal aumente los tipos de interés a ritmo rápido.